Desde hace varios meses, con mayor y menor intensidad, California sufre constantes incendios forestales que ya se han cobrado este año la vida de decenas de miles de personas y numerosas viviendas, terrenos y establecimientos.

Esta semana, fuertes ráfagas de viento expandieron desde el jueves las llamas existentes hasta los cañones del sur californiano, alcanzando a hogares, obligando a que se deban evacuar residentes y generando que las empresas de electricidad deban cortar la energía ante el elevado riesgo.

En el Cañón Silverado, del condado de Orange, fue donde se registró el fuego más importante en la noche del miércoles debido a los vientos de Santa Ana que alcanzaron hasta los 113 kilómetros por hora. Bomberos aseguraron que vieron una casa completamente consumida por las llamas, que por las ráfagas se expandieron hacia la vegetación, explicó AP.

Así, el incendio creció a más de 29 kilómetros cuadrados (11 millas cuadradas) y cubrió una amplia zona con humo y cenizas. De igual manera, el fuego también llegó hasta varias autopistas importantes y en el combate con las llamas fueron hospitalizados dos bomberos por lesiones.

Miles de órdenes de evacuación fueron emitidas en Lake Forest, mientras que en zonas aledañas los vecinos se encuentran listos por si les toca. De igual manera, a 80 kilómetros al sureste de los Ángeles y cerca del aeropuerto de Corona también se registraron focos.

Para los científicos, la explicación de estos incendios tiene lugar en el calentamiento global, provocado por la quema de carbón, petróleo y gas, ya que esto produjo que California sea mucho más seco, con árboles y otras plantas más inflamables.