El subsecretario de Estado del Ministerio de Desarrollo de Italia, Michele Geraci, brindó un discurso el pasado 29 de noviembre en el Instituto Peterson para la Economía Internacional, ante un grupo de peritos inclinados al libre comercio, donde dio una fabulosa lección sobre el valor de la educación y la cultura clásica. Geraci explicó el plan de “ingreso básico universal” que está implementando su gobierno, y señaló que no es sólo “dinero fácil” para los «vagos», sino una tarjeta de débito que tiene condiciones de uso, para alimentación, vivienda y capacitación laboral, solamente.

Las dos razones que tiene este programa son,según explicó Geraci, en principio bajar la pobrez, y la segunda, mucho más compleja, la detalló de la siguiente manera:

“Italia y China tienen un alto grado de coincidencias en términos de producción de bienes. China produce lo mismo que hace Italia, mucho más que cualquiera de los otros 28 países de Europa. Sin embargo, China tiene una escala con la cual no podemos competir. De manera que el único modo en que podemos competir con un país que genera la mitad de la producción en el mundo, y entre 20 o 30 veces más lo que nosotros podemos producir, con un costo promedio obviamente más bajo, es enfocarnos en la parte blanda de la producción.

“En Italia tenemos una alta calidad de manufacturas, no solo porque hay buenos ingenieros, sino porque los ingenieros se levantan en la mañana y lo que ven es arte. Ellos se inspiran en la cultura, en la historia que rodea al sistema italiano, que ayuda al pueblo, incluso al hacer diseño industrial, incluso las personas que trabajan con máquinas… Nosotros queremos seguir con lo que yo llamo el verdadero Renacimiento de Italia. Hemos vivido de cosas que hicimos hace 500 años. Ya es hora de que actualicemos el sistema. Queremos rehacer un nuevo Renacimiento, mezclando las herramientas, las manufacturas, con los programas.

“Así que el gobierno necesita hacer tal como los papas y los reyes solían hacer: financiar a los artistas, que podían hacer obras pictóricas a las que no se podía inmediatamente convertir en dinero, sin embargo si ayudaron a la construcción del renacimiento italiano en su totalidad, y yo espero que hoy podamos hacer algo similar.

“Así que por ejemplo, digamos que alguien dice que quiere ser pintor; bueno, sea un pintor. No se preocupe, porque su contribución a la sociedad trasciende su obra pictórica”. El moderador del Instituto Peterson dijo: “eso es difícil de llevar a cabo”.

Geraci devolvió: “No; es fácil implementarlo porque tenemos el dinero”.