¿Estarías dispuesto a cambiar tu vida por 2.000 euros? El alcalde de Bormida, un pequeño pueblo en la montañosa región de Liguria, noroeste de Italia, ofrece esa cantidad de dinero a todos los que se vayan a vivir a esta tranquila y pintoresca localidad.

Es que en Bormida viven solamente 349 personas, por lo que las chances de convertirse en un pueblo fantasma se acrecientan drásticamente. Daniele Galliano, el alcalde, ideó este proyecto a través de Facebook. Se le pegaría 2.000 euros en efectivo a quien vaya a vivir ahí, teniendo en cuenta también que un alquiler cuesta 12,50 euros por semana.

Sin embargo, y pese a la gran cantidad de respuestas que recibió, este pueblo ubicado a unos 80 kilómetros de Génova también puede traer algunas complicaciones a quienes decidan mudarse, ya que encontrar trabajo en un sitio en el que solamente hay cuatro restaurantes y una iglesia no parece ser nada fácil, según informó el portal RT.

Los interesados encontraron la solución a ese problema, ya que podrán arreglárselas con una buena conexión de internet. «Mientras haya buen wifi no tengo que preocuparme por el empleo local, puedo trabajar a distancia», respondió Deborah Liao, quien agregó que su mayor interés no son los 2.000 euros, sino «el hermoso aire de montaña y la lejanía de las ciudades».

Las respuestas que recibió el alcalde en las redes sociales llegaron desde todas partes del mundo, como India, EE.UU., Hungría, Indonesia, Dinamarca y el Reino Unido, publicó el periódico ‘Daily Mail’.

«Señor alcalde, puede contar conmigo. No es por la oferta, sino que el lugar es hermoso», contestó Sohail Rana, desde Dinamarca, al destacar la belleza de este sitio ubicado a 420 metros de altura y a pocos kilómetros del mar de Liguria.

«Me encantaría vivir allí. Espero que el proyecto avance porque me mudaría ahí en un instante», posteó Vincent Gaspar.

El entusiasmo que muchos mostraron para instalarse en Bormida parece no ser el mismo que tienen los habitantes de este distrito italiano, que quiere evitar convertirse en un pueblo fantasma. «No hay mucho para hacer aquí», expresó el gerente de uno de los cuatro restaurantes, quien agregó, no obstante, que «la vida es tan simple y natural» con sus «bosques, cabras, la iglesia y mucha buena comida». «La vida definitivamente está libre de estrés», destacó.

Por último, un concejal de Bormida recordó que el proyecto aún no fue confirmado, aunque aseguró que darán la bienvenida a todo aquel que quiera instalarse. «Estamos en lo alto de la montaña pero no muy lejos del mar. Tenemos un estilo de vida saludable y el aire es muy puro», concluyó.