El primer ministro italiano, Mario Draghi, no descartó este miércoles que pueda buscar la Presidencia en febrero próximo, cuando termine el mandato del actual jefe de Estado, Sergio Mattarella, y aseveró que el país tiene «las condiciones para ir adelante independientemente de quién esté» a la cabeza del Ejecutivo.

«Con este Gobierno creamos las condiciones para que continúen los trabajos independientemente de quién esté» a cargo, planteó este miércoles Draghi en la tradicional conferencia de prensa de fin de año.

Draghi, economista de 74 años que asumió la Presidencia del Consejo de Ministros en febrero de este año tras una convocatoria de Mattarella, es el dirigente con mejor imagen del país a partir de la gestión de la pandemia por la que Italia ya aplicó más de 106 millones de vacunas, con una economía que este año crecerá en torno al 6%.

Mattarella, de 80 años, termina en febrero su primer mandato de siete años y ya anunció que no buscará la reelección.

«Lo primero para Mattarella es un mensaje de afecto hacia una figura que atravesó momentos dificilísimos en sus siete años y eligió con sabiduría. Es el modelo de presidente de la república», elogió Draghi al actual mandatario.

El presidente italiano se elige a través del Parlamento, en una votación de la que participan los 630 diputados junto a los 315 senadores y 58 delegados especiales enviados por las 20 regiones del país.

Para Draghi, que es apoyado por un abanico de partidos que va, por ejemplo, desde la derechista Liga hasta la izquierda de Libres e Iguales, «lo importante es que el Gobierno sea sostenido por una mayoría como la que lo sostuvo desde el inicio, lo más amplia posible».

En su diálogo con periodistas, Draghi destacó que durante los diez meses de su gestión, Italia se convirtió «en uno de los países con más vacunados» y detalló: «Logramos los 51 objetivos propuestos y llegamos a hacer en tiempo el plan de recuperación y resiliencia».

«Creamos las condiciones para que continúen los trabajos independientemente de quién esté», enfatizó, sin cerrar la puerta a la posibilidad de optar por la Presidencia, pero sin responder directamente a su futuro tras la partida de Mattarella, prevista para fines de enero.

«Sin importar quién esté, están las condiciones para ir adelante. Este Gobierno hizo mucho de lo que tenía que hacer. Mi destino personal no importa, no tengo aspiraciones particulares de un tipo u otro», agregó.

«Soy un hombre, si quieren un abuelo, al servicio de las instituciones», enfatizó el premier.

En su respuesta, Draghi planteó que su eventual continuidad al frente del Gobierno o su posible elección como Presidente dependerá de las negociaciones entre los partidos.

«La responsabilidad está enteramente en manos de las fuerzas políticas, que le permitieron actuar a este Gobierno», profundizó.

«El Gobierno empezó con una llamada del presidente Mattarella, y desde entonces la responsabilidad cotidiana está en el Parlamento, que decide la vida del Gobierno, este año y siempre», sostuvo Draghi en un tramo del diálogo de más de una hora y media con la prensa.

En ese marco, más allá del amplio apoyo de la mayoría de las fuerzas con representación parlamentaria, Draghi es visto como una garantía para el país tanto si permanece como premier o si da el salto a la Presidencia.

Desde las fuerzas de centroderecha, de todos modos, ya esbozaron su intención de que Draghi permanezca al menos hasta marzo de 2023, cuando se deben convocar nuevas elecciones, y promueven la candidatura del ex primer ministro Silvio Berlusconi para reemplazar a Mattarella.

«¿Es imaginable una mayoría que se disuelva a la hora de elegir al próximo presidente y luego se recomponga para sostener al Gobierno?», se preguntó Draghi en esa dirección.

Durante la conferencia, Draghi anunció además que, en las próximas horas, el Gobierno podría decidir nuevas medidas para frenar la difusión de la variante Ómicron de coronavirus, entre las que «no se excluye» el pedido de test para eventos masivos.

«La llegada de la variante Ómicron abrió una nueva fase en la pandemia. Mañana decidiremos qué hacer sobre la base del cuadro epidemiológico. Debemos defender la normalidad alcanzada, y eso significa nada de cierres, presencialidad en la escuelas y una sociabilidad satisfactoria», agregó.

Para Draghi, «las vacunas siguen siendo la mejor defensa contra el virus», por lo que convocó a los ciudadanos a darse la tercera dosis, al tiempo que no descartó «la extensión de la obligación de vacunarse» que ya rige para algunas categorías de trabajadores.