El partido republicano Sinn Féin, que se convirtió en la principal fuerza local del Parlamento de Irlanda del Norte tras los comicios del jueves pasado, pidió a los unionistas del DUP que «no tomen como rehén a la sociedad» debido a las tensiones provocadas por el Brexit y que permitan la formación de un gobierno conjunto, como establecen los acuerdos que pacificaron el territorio bajo control británico.

«Mi mensaje es claro: como demócratas, no solo el DUP, sino también el gobierno británico, deben aceptar y respetar el resultado democrático de estas elecciones», dijo Michelle O’Neill, líder del Sinn Féin, que busca asumir el cargo de primera ministra de Irlanda del Norte, informa la agencia de noticias AFP.

O’Neill pidió «la formación de un ejecutivo eficaz hoy mismo» y agregó que «no hay razón para un aplazamiento».

«Hay cuestiones en el protocolo que podrían suavizarse para permitir una aplicación más fluida. Siempre hemos estado a favor de ello. Pero no apoyo el planteamiento del DUP de mantener a la sociedad como rehén», agregó.

El Sinn Féin, brazo político de la disuelta guerrilla del Ejército Republicano Irlandés (IRA) y favorable a la unificación con la República de Irlanda, fue el más votado en los comicios del Parlamento local, algo inédito en los 100 años desde que la isla de Irlanda se partió en un extenso país independiente en el sur y un pequeño territorio británico en el norte.

La victoria debe impulsar a O’Neill al puesto de jefa del gobierno local, en virtud del acuerdo firmado en 1998 que puso fin a la peor parte de décadas de violencia en Irlanda del Norte entre los partidarios de seguir siendo parte del Reino Unido, o unionistas, y los de unirse a Irlanda, o republicanos.

Aunque el acuerdo de paz del Viernes Santo también establece un reparto del poder entre unionistas y republicanos, el DUP, que hasta ahora encabezaba el gobierno regional, ya advirtió de un posible bloqueo del futuro Ejecutivo.

Esto es porque los unionistas se oponen al llamado Protocolo de Irlanda del Norte, pautado entre Londres y la Unión Europea (UE) tras el Brexit, la salida del Reino Unido del bloque, que fue uno de los temas centrales en las elecciones norirlandesas.

Ese acuerdo busca evitar el regreso de una frontera dura, que se abolió con los acuerdos de 1998, entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, un país de la UE.

Para ello se estableció que el territorio del norte siga perteneciendo al mercado común europeo y que los controles aduaneros se establezcan entre las mercancías que se dirigen desde y hacia Gran Bretaña.

Esto generó una crisis de legitimidad al gobierno que comandaban, ya que elevó el costo de vida, con una inflación en aumento, y provocó una crisis del gas y la electricidad que se suman a los problemas de la falta de viviendas.

El gobierno compartido entre unionistas y republicanos condicionó su participación a la resolución por Londres del controvertido asunto de los controles aduaneros posbrexit.

«Es la posición que teníamos antes de las elecciones, durante la campaña y que seguimos teniendo: hasta que el gobierno británico no tome medidas sobre el protocolo de Irlanda del Norte, no nombraremos ministros para el gobierno», repitió hoy el líder del DUP, Jeffrey Donaldson.

Enviado a Belfast, la capital norirlandesa, el ministro británico para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, pidió a los partidos políticos de la región que «cumplan con sus responsabilidades» y formen un gobierno «lo antes posible».

«Tenemos que abordar las cuestiones pendientes relacionadas con el protocolo de Irlanda del Norte y queremos hacerlo a través de un acuerdo con la UE, pero siempre hemos tenido claro que no dudaremos en tomar más medidas si es necesario», repitió Lewis.

Por su parte, el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, pidió al gobierno británico que «baje el tono, sea honesto con el acuerdo que formó y acepte soluciones dentro de ese marco».