La primera ministra británica, Theresa May, sobrevivió este miércoles a la moción de censura presentada por el Partido Laborista para forzar su renuncia, luego de que el Parlamento rechazara su propuesta de salida de la Unión Europea (UE) en una derrota histórica.

La votación de fue pedida por el líder laborista, Jeremy Corbyn, bajo el argumento de que la primera ministra ya no puede dirigir el país porque perdió el apoyo de la Cámara de los Comunes en un tema central como es el Brexit.

Este miércoles Theresa May perdió la votación parlamentaria sobre el acuerdo que había negociado con la UE para reglamentar el Brexit por 230 votos, la mayor derrota en casi un siglo para un partido gobernante en Reino Unido.

Veinticuatro horas después y ante la perspectiva de una elección anticipada con resultado incierto, las alianzas volvieron a cambiar.

La premier ganó con 325 votos contra 306 y recuperó el apoyo de los parlamentarios rebeldes de su fuerza, el Partido Conservador, y de la bancada del DUP, el partido norirlandés que sostiene su gobierno como socio minoritario en el Parlamento.

Tanto los conservadores rebeldes como el DUP habían votado este miércoles en contra del acuerdo de la líder británica para reglamentar el Brexit, pero cerraron filas para frenar unas elecciones anticipadas que pudieran terminar con un nuevo gobierno dirigido por el líder laborista, Jeremy Corbyn.

Superada la moción, ahora May debe concentrarse en idear un nuevo plan del Brexit que pueda ser aprobado en el Parlamento y que consiga la luz verde de la UE y sus 27 miembros.

«Propuse una serie de reuniones entre parlamentarios de alto nivel y representantes del gobierno en los próximos días», adelantó May y agregó que también le gustaría invitar a discutir esta misma noche a los líderes de los partidos con bancada parlamentaria de manera individual, entre ellos el laborista Corbyn.

Sin embargo, tanto Corbyn como los diputados del Partido Liberal Demócrata le exigieron a May descartar la posibilidad de un Brexit duro -es decir sin acuerdo con la UE- como precondición para cualquier diálogo.

El Partido Nacionalista Escocés, por su parte, le pidió a la premier que considere la posibilidad de llamar a un segundo referéndum, una propuesta que también hicieron los liberales y la izquierda.

En ese mismo sentido, más de 70 diputados y 13 eurodiputados laboristas de Reino Unido le pidieron a su líder, Corbyn, que se defina de manera clara y apoye públicamente una nueva consulta popular.

En medio de estos pedidos y presiones públicas, May dio un mensaje a la nación desde la puerta de la sede de gobierno ya entrada la noche.

«Creo que es mi deber cumplir con la orden que dio el pueblo británico de salir de la Unión Europea y tengo la intención de hacerlo», aseguró la premier para ratificar su compromiso con el Brexit, aunque reconoció que debe encontrar soluciones que sean negociables y que cuenten con el apoyo suficiente de los diputados.

Además, les pidió a los líderes de las bancadas opositoras que pongan «el interés nacional» por encima de las disputas partidarias y reiteró su invitación a dialogar, sin hacer mención al pedido de Corbyn de que descarte la posibilidad de un Brexit sin acuerdo.

Mientras las pulseadas continúan fuera del Parlamento, May tiene un plazo claro para presentar un nuevo plan para el Brexit. Por orden de los diputados debe introducirlo en tres días.

Además de las alianzas partidarias, May debe tener en cuenta otros factores de poder en el país.

Tras la votación de ayer contra el acuerdo del Brexit, los mercados financieros remontaron y, según el titular del Banco de Inglaterra, Mark Carney, fue porque la opción de una salida de la UE sin acuerdo perdió fuerza. La libra también se recuperó frente al dólar.

Este jueves, la Comisión Europea dejó la puerta libre a la posibilidad de retrasar la salida de Reino Unido del bloque, prevista para el próximo 29 de marzo, pero advirtió que para que Londres tome ese camino, primero debe producirse una petición formal y razonada, que después tiene que ser aprobada por unanimidad por los 27 países miembros.