El papa Francisco concluye este viernes una misión pastoral de tres días a Bolivia, impregnada de fuerte contenido social, con una visita a la cárcel más peligrosa del país, antes de viajar a Paraguay, última escala de su periplo suramericano, que incluyó también a Ecuador.

Francisco pidió de manera específica visitar Palmasola, una hacinada ciudadela carcelaria, que alberga a 4.800 reos, quienes se enfrentaron por pugnas de poder en 2013, con un saldo de 35 muertos.

En Palmasola, en las afueras de Santa Cruz, ciudad donde Francisco cumplió el grueso de su actividad, viven unos 120 niños con sus padres presos, expuestos a todo tipo de peligros.

Bolivia tiene la mayor cantidad de presos sin sentencia en toda Latinoamérica, con 84%, seguido de Paraguay, con 71% en esta situación, según la Defensoría del Pueblo. Además tiene una alarmante tasa de hacinamiento -con 15.000 presos en cárceles cuya capacidad real es de 5.000-, por lo que el gobierno impulsa procesos de indulto.

En la ultima actividad que el Papa cumplirá en esta nación figura una reunión reservada con los obispos bolivianos, para abordar temas inherentes a la misión pastoral y coordinar el quinto congreso eucarístico nacional.

Perdón a nombre de la Iglesia

Francisco lanzó el jueves un histórico pedido de perdón a nombre de la Iglesia, por los crímenes cometidos contra indígenas durante la conquista de América, en una jornada marcada por su apoyo a reivindicaciones sociales, que lo llevaron a ser llamado el «Papa revolucionario».

Francisco participó en el encuentro mundial de movimientos populares Santa Cruz. Bromista y alegre por momentos, y enérgico en otros, el obispo de Roma pidió ser escuchado con atención cuando abordó un tema sensible en la nación boliviana, de mayoría indígena, por un hecho ocurrido hace más e 500 años.

«Quiero decirles, quiero ser muy claro, como lo fue San Juan Pablo II: pido humildemente perdón, no sólo por las ofensas de la propia Iglesia sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América», dijo el primer papa latinoamericano, ante una multitud que lo aplaudió
enardecida.

Cambio de sistema

Durante su estancia en Bolivia, el papa hizo hincapié en la labor social de la Iglesia católica y en la defensa del medio ambiente. Además hizo un interesante abordaje de asuntos puntuales como el capitalismo o la inclusión de los pobres y marginales.

«Digámoslo sin miedo: queremos un cambio», clamó el Papa en un acto con movimientos sociales para afirmar luego que «cuando el capital se convierte en ídolo y dirige las opciones de los seres humanos y la avidez por el dinero tutela todo el sistema socioeconómico», se condena al hombre y a la naturaleza.

En alusión al libre mercado, Francisco sustentó que «este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los Pueblos… Y tampoco lo aguanta la Tierra».

«¿Reconocemos que las cosas no andan bien en un mundo donde hay tantos campesinos sin tierra, tantas familias sin techo, tantos trabajadores sin derechos, tantas personas heridas en su dignidad?», se interrogó.

En una cerrada defensa de la naturaleza, el pontífice aseguró que «se están produciendo daños tal vez irreversibles en el ecosistema. Se está castigando a la tierra, a los pueblos y a las personas de un modo casi salvaje».

El Papa también condenó que, a veces, «bajo el noble ropaje de la lucha contra la corrupción, el narcotráfico o el terrorismo (..) vemos que se impone a los Estados medidas que poco tienen que ver con la resolución de esas problemáticas y muchas veces empeora las cosas».

A todo pulmón

Con una energía a toda prueba, el vicario de Roma llegó el miércoles a La Paz, 3.600 metros de altitud, donde reconoció «los pasos importantes» del gobierno de Evo Morales en materia de «diálogo» e «inclusión» en la vida económica y social del país.

En una inesperada alusión al reclamo boliviano de una salida soberana al mar, pedida en 1879 en una guerra contra Chile, el Papa consideró el diálogo como «indispensable», y abogó por soluciones «compartidas, razonables, equitativas y duraderas» de conflictos «entre pueblos hermanos».

El jefe de la Iglesia católica, pondrá fin a su periplo boliviano al mediodía de este viernes, cuando partirá a Asunción del Paraguay, última parada de su gira suramericana de ocho días.