El papa Francisco ingresó a las audiencias públicas y su gesto más emocionante fue su saludo a los peregrinos de lengua árabe. Luego comenzó su catequesis.

“Saludo en particular a los peregrinos de Siria, Tierra Santa y Oriente Medio…”. “Es una tierra martirizada… Tenemos que rezar por estos hermanos que están en guerra. Y por los cristianos perseguidos, los quieren echar de esa tierra. Recemos por estos hermanos y hermanas nuestros”.

En su catequesis el Papa explicó el rito de la presentación de las ofrendas, cuando se llevan al altar los mismos elementos que Jesús tomó en sus manos en la última Cena, el pan y el vino. Esta ofrenda tiene un significado profundo.
“En esta ofrenda espiritual de toda la Iglesia, se recoge la vida, los sufrimientos, las oraciones y los trabajos de todos los fieles, que se unen a los de Cristo en una única ofrenda. Por eso es muy bueno que sean los fieles quienes presenten al sacerdote el pan y el vino para que él los deposite sobre el altar”.

Cuando terminó la audiencia, el Papa se acercó a saludar a los peregrinos ancianos y a los enfermos que le esperaban en primera fila y habló con ellos con calma.