El papa Francisco llevó «consuelo» a la pequeña comunidad católica de Georgia en una misa oficiada al aire libre en el estadio de Tiflis este sábado, segundo día de su visita al Cáucaso.

«El consuelo que necesitamos, en medio de las vicisitudes turbulentas de la vida, es la presencia de Dios en el corazón», lanzó el papa argentino ante una multitud ferviente reunida en el estadio Meskhi de Tiflis.

«Su visita es una gran alegría para nosotros, la pequeña comunidad católica de Georgia», dijo a la AFP Girogi Germanozashvili, católico de 23 años.

La comunidad católica, muy minoritaria en Georgia, uno de los países cristianos más antiguos en donde hoy predominan los ortodoxos (85%), se siente a veces marginada.

Varias decenas de manifestantes se habían incluso congregado el viernes delante del aeropuerto de la capital georgiana para expresar su oposición a la visita del sumo pontífice a tierra ortodoxa.

«Este día es muy importante para los georgianos, sea cual sea su origen», aseguró a la AFP Manana Itonishvili, de 56 años, profesora de historia del arte. «Vine a escuchar esta misa como ortodoxa para expresar mi gratitud hacia el papa», agregó.

La delegación oficial ortodoxa declinó no obstante la invitación a participar en esta misa, signo de la tensión que existe aún entre las dos comunidades.

El papa Francisco agradeció a los «fieles» de la Iglesia ortodoxa presentes en el estadio y no a los «representantes» de esta iglesia como estaba previsto en un principio.