En un quiebre con décadas de bipartidismo, la agrupación nacionalista de izquierda Sinn Féin derrotó tanto a Fianna Fáil como a Fine Gael, los partidos de centroderecha que han gobernado a Irlanda desde su trabajosa independencia del Reino Unido, hace un siglo.

El resultado de los comicios del sábado constituye un triunfo sin precedentes para el Sinn Féin, que durante años fue marginado por los partidos más grandes por haber sido el brazo político de la guerrilla católica antibritánica del Ejército Republicano Irlandés (IRA).

«Esto ha sido una especie de revolución en las urnas», dijo la líder de Sinn Féin, Mary Lou McDonald, que agregó que estaba claro el deseo de la gente de ver al partido en el gobierno.

El grueso de los votos se repartió entre las tres principales agrupaciones, lo que complica las negociaciones para formar gobierno que deben comenzar ahora.

Según los primeros resultados, el Sinn Féin recibía 24.5 % de los votos, seguido por Fianna Fáil, con 22.2 % y Fine Gael, el partido del primer ministro saliente Leo Varadkar, con el 20.9 %.

Aún faltaban asignar menos de 30 de las 160 bancas del Parlamento, pero ningún partido tendrá mayoría por sí solo, y las negociaciones para formar una coalición de gobierno podrían ser prolongadas.

Antes de las elecciones, tanto Fine Gael como Fianna Fáil habían descartado integrar una coalición junto a los republicanos del Sinn Féin.

Su principal argumento eran los vínculos del partido con el IRA, que cometió decenas de atentados contra objetivos británicos en tres décadas de conflicto armado, hasta 1998, para independizar a Irlanda del Norte del Reino Unido e incorporarla a Irlanda.

Su ex líder Gerry Adams y otros representantes del partido llegaron a tener prohibido la aparición en medios radiales o televisivos del Reino Unido durante los años más sangrientos del conflicto.

Pero tras dos décadas de paz y con el liderazgo de McDonald, las políticas de izquierda del Sinn Féin para lidiar con la crisis de vivienda y de salud calaron hondo en un país muy golpeado por la crisis financiera de 2008, que detuvo su elogiado boom económico.

McDonald, de 50 años, pertenece a una generación sin vínculos con la lucha armada, y centró su campaña en los precios de los alquileres, las cifras récord de personas que viven en situación de calle y el costo de vida, en particular el de los seguros médicos.

El Sinn Féin también dejó en claro que cualquier gobierno que integre debe prepararse para un referendo de unificación de Irlanda, es decir de incorporación de la provincia británica de Irlanda del Norte.

McDonald dijo que Fine Gael y Fianna Fáil estaban en «estado de negación» y no habían oído la voz del pueblo.

Durante una caminata por Dublín, agregó a periodistas que había comenzado conversaciones con partidos menores de izquierda para «estudiar» la posibilidad de formar un gobierno sin los dos grandes partidos de centroderecha.

«Bien podría ser el próximo taioseach», dijo, usando la palabra irlandesa para primer ministro. Sinn Féin significa Todos Nosotros en irlandés.

«Sinn Féin ganó la elección, ganamos el voto popular. Tengo bien claro que la gente que salió y votó por el Sinn Féin votó que el Sinn Féin esté en el gobierno», agregó.

Varadkar, en tanto, dijo que su partido sigue negándose a gobernar junto al Sinn Féin. «Cuando hablo, hablo en serio», señaló.

Sin embargo, tras hacerse evidente la magnitud del triunfo del Sinn Féin, el líder de Fianna Fáil, Micheal Martin, no descartó trabajar junto al partido nacionalista, pese a admitir «incompatibilidades importantes» entre ambas agrupaciones.

«Soy un demócrata. Escucho al pueblo. Respeto la decisión del pueblo», dijo a la cadena pública RTE.