A horas de la videoconferencia que mantendrán este martes los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y Rusia, Vladimir Putin, el Kremlin dijo este lunes que confía en sea una comunicación «detallada y extensa» para debatir la situación en Ucrania, el avance de la OTAN, la iniciativa rusa sobre garantías de seguridad y las relaciones bilaterales «que continúan en un estado bastante deplorable».

En tanto, Washington adelantó que Biden planea expresar su preocupación ante la «actividad militar de Rusia» cerca de la frontera con Ucrania, declaraciones que Putin calificó hace un tiempo de alarmistas.

Pero para el presidente del comité para asuntos de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes del Congreso norteamericano, Adam Smith, Estados Unidos debe mostrar a Rusia que tiene numerosos aliados preparados para hacer «pagar un sustancial precio económico» a Moscú.

Entre los más eficaces medios de disuasión, Smith señaló la asistencia militar a Ucrania y la amenaza de sanciones económicas, agregando que la amenaza de usar la fuerza militar podría provocar a Rusia o darle el pretexto para actuar de primera.

Smith reconoció que los estadounidenses no quieren librar una guerra contra Rusia.

«Putin sabe que no solamente yo no lo quiero, tampoco lo quiere el pueblo estadounidense», dijo.

Para el vocero de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, «será necesario discutir cómo se están implementando los entendimientos que se alcanzaron en Ginebra, recorrerlos (por encima), ver qué se está realizando plenamente y qué requiere esfuerzos adicionales», informó la agencia de noticias Sputnik.

«Creemos que será una videoconferencia bastante detallada y extensa. Será una conversación por una línea protegida de video», detalló Peskov, y agregó que «todo el diálogo se celebrará a puerta cerrada» y no será transmitida al público.

Asimismo, negó que Putin planee hacer declaraciones tras la videoconferencia.

La reunión está programada para las 12 del mediodía, hora argentina.

La tensión entre Ucrania y Rusia aumentó en los últimos días, luego de que Moscú advirtiera sobre un incremento de la presencia militar de la OTAN en la región del mar Negro, que incluye buques de guerra con misiles a bordo, aviones estratégicos de EEUU y ejercicios a gran escala, algunos de ellos no programados.

Rusia rechazó en más de una ocasión las acusaciones de planear una agresión contra Ucrania, alegando que no amenaza a nadie, e insistió en que las declaraciones sobre presunta agresión rusa se utilizan como pretexto para colocar más equipo militar de la OTAN cerca de las fronteras rusas.

Peskov señaló que Rusia tiene derecho a movilizar sus tropas dentro de su propio territorio, de acuerdo con sus planes, actividad que no amenaza a nadie ni debería preocupar a ningún país.

Kiev y varios países occidentales han mostrado su preocupación por el presunto incremento de «acciones agresivas» por parte de Rusia cerca de la frontera ruso-ucraniana.

De hecho, el viceministro de Exteriores de Polonia, Marcin Przydacz, dijo este lunes a la emisora Polskie Radio que su país espera que Biden adopte una postura firme frente a Putin y no debata las llamadas «líneas rojas», en referencia a las recientes declaraciones del presidente ruso, quien advirtió que el eventual despliegue de armas de ataque en Ucrania sería una «línea roja» para Rusia.

Según Przydacz, centrarse en este tema significaría dejar al Kremlin establecer las reglas del regateo político.