El jefe de la Unión Europea (UE), el español Josep Borrell, llegará durante la noche de este jueves (hora local) a Rusia en medio de un clima enrarecido por las preocupaciones del bloque por el caso del opositor Alexey Navalny, condenado a 3 años y medio de prisión, que el Gobierno de Vladimir Putin rechaza por considerarlas una injerencia en sus asuntos internos.

De hecho, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, afirmó este  jueves que Putin no tiene previsto reunirse con Borrell en los dos días que durará la visita .

«No se planea un encuentro (de Borrell) con Putin», dijo Peskov, citado por la agencia de noticias Sputnik.

Borrell será recibido en cambio por el canciller Serguei Lavrov, así como con los representantes de organizaciones de la sociedad civil rusa y miembros de la comunidad académica, e intentará conversar con Navalny, siempre y cuando las autoridades locales lo permitan.

Rusia, según Peskov, espera que la visita de Borrell impulse las relaciones bilaterales.

«Por supuesto, nos gustaría desbloquear nuestro diálogo, el diálogo multifacético entre Moscú y Bruselas, incluido para discutir de manera abierta y franca todas las diferencias existentes», indicó el portavoz.

La visita se centrará en la situación de Ucrania, el caso Navalny y la lucha contra el coronavirus, entre otros, de acuerdo con un anuncio brindado por la UE recogido por la agencia de noticias AFP.

El Gobierno ruso rechaza cualquier injerencia en sus asuntos internos y ya advirtió a la UE que considera «insensato» condicionar el futuro de su relación bilateral al caso del opositor Navalny, condenado a cumplir una condena impuesta en 2014 por malversación de fondos en detrimento de la filial rusa del grupo francés Yves Rocher.

La visita generó críticas en diversas capitales europeas, que temen que las autoridades rusas presenten la gira de Borrell como una prueba de normalidad en las relaciones.

«No creo que consiga la liberación de Alexey Navalny», declaró Borrell el lunes durante un debate de la Fundación Schuman, un centro europeo de reflexión política.

Borrell ha recibido mandato de los países de la UE para transmitir a los dirigentes rusos el descontento del bloque con la represión de la oposición y los obstáculos a las actividades de la sociedad civil.

Sin embargo, Rusia le respondió enviándole videos de noticieros del mundo con imágenes de represiones a protestas públicas en las principales ciudades del mundo, y justificó las detenciones a manifestantes en el hecho de que estaban en peligro los bienes públicos.

Las relaciones entre Bruselas y Moscú se han caracterizado por una permanente tensión desde 2014, a raíz del conflicto en Ucrania, y se ha agravado por divergencias sobre la situación en Bielorrusia, Siria, Libia y el Cáucaso.

El enviado europeo ya adelantó que desea reunirse con Navalny si las autoridades rusas lo permiten, y con representantes de la sociedad civil.

Borrell informará de sus charlas a su regreso, y los ministros de Relaciones Exteriores de los países de la UE debatirán sobre el tema el 22 de febrero.

A su vez, los diplomáticos tendrán que presentar sus conclusiones a los líderes europeos para el debate sobre la relación UE-Rusia en la reunión extraordinaria prevista a fines de febrero y la cumbre de marzo.

La misión encomendada a Borrel pone fin a un congelamiento de contactos a nivel europeo vigente desde 2017.