Las nuevas sanciones económicas punitivas que dio a conocer Estados Unidos -a través de sus secretarios de Estado y del Tesoro- contra Irán, alimenta el deseo del imperio británico por provocar la guerra para acabar con el dólar como moneda internacional.

Se trata de «sanciones contra cualquier individuo que participe en los sectores de la construcción, minería, manufacturas, o textiles de la economía iraní, o cualquier otro sector que decida Steve Mnunchin (Tesoro) en consulta con Mike Pompeo (Estado)”.

El primero de ellos, Mnunchin, explicó que las mismas se aplicarán a cualquier extranjero o entidad, ya sea financiera o mercantil, que quiera tener alguna relación de negocio o invertir, e incluso hacer donaciones, en esas áreas de la economía iraní.

Este intento por «estrangular» la situación económica de su país enemigo, se ve representado en el plano internacional como un acto de guerra cometido por medios no militares, dado que estas 17 sanciones atentan contra sus principales empresas de acero y hierro.

En tanto que Pompeo se jactó durante la conferencia de prensa de haber alcanzado un recorte a los ingresos petroleros de un 80 por ciento, de modo que «Irán no puede tener acceso a un 90% de sus reservas en moneda extranjera».

Luego se refirió al «reconocimiento» que hizo al presidente Hasán Rohaní hace dos semanas, de que «las sanciones le han costado más de $ 200 mil millones de dólares en pérdidas de ingreso del exterior y en inversiones”, por lo que espera un cambio de régimen.

Según algunas miradas internacionales, se puede suponer que «el propósito que tienen los británicos de acabar con el papel del dólar como moneda internacional dará pasos adelantados con este planteamiento ampliado de las sanciones de que cualquier nación que utilice el dólar tenga que ajustarse a los dictados de Washington o será objeto de sanciones».