El huracán Roslyn se degradó este domingo a categoría 1 a medida que se internaba en el estado mexicano de Nayarit (noroeste), tras dejar destrozos por la intensidad de sus vientos, deslaves en carreteras y algunas inundaciones.

Según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, a las 15h00 GMT (12 hora argentina), el fenómeno se encontraba a 150 kilómetros del puerto de Mazatlán, Sinaloa (noroeste), registraba vientos sostenidos de 150 kilómetros por hora y se desplazaba a 31 kilómetros por hora.

Se espera que Roslyn «se debilite rápidamente» a medida que se interne en el norte de México, cuya geografía está dominada por cadenas montañosas, añadió el reporte del NHC.

Las autoridades de Protección Civil de los estados de Nayarit y Jalisco (oeste), los más afectados por el fenómeno, reportaron algunos daños materiales, inundaciones puntuales, caída de árboles y deslaves que interrumpieron el tráfico en algunas carreteras.

«Tenemos inundaciones, pero no representan un riesgo como tal y no tenemos reportada pérdida de vidas humanas», dijo a la cadena Televisa Pedro Núñez, director de Protección Civil de Nayarit.

Sin embargo, explicó que se mantienen vigilando el nivel de dos ríos, que se anticipa se verán afectados por las lluvias que desate Roslyn una vez que se disperse en las montañas.

Pasada la lluvia y el viento, en Puerto Vallarta, Jalisco, con unos 220.000 habitantes y de las mayores localidades en la zona afectada por el huracán, empezó el recuento de las afectaciones.

«Fue un poco aterrador. El agua empezó entrar en nuestra casa, tuvimos que sacar a nuestros hijos y ponerlos en un lugar alto; estuvimos afuera bajo la lluvia como 3 horas, mi casa quedó destruida», dijo Erik Newcomer, un estadounidense que hace tres meses se instaló en este balneario.

En este destino turístico abundan los visitantes extranjeros y algunos viven en la zona desde tiempo atrás, como Mitch Román, de California, quien llegó hace 17 años.

«Los vientos estuvieron fuertes, la lluvia no fue tan mala como se esperaba, pero hay muchos árboles caídos, nunca había visto esta área así», comentó el estadounidense.

En Sayulita, en Nayarit, algunos sectores resultaron afectados por la crecida de un arroyo, que dejó enterradas viviendas.

En cuanto el clima lo permitió, los pobladores intentaban rescatar sus pertenencias del fango.

«Se les empezó a meter mucho el agua a las casas, está el arroyo en cortito (cerca), hay mucha gente ayudando a sacar sus cosas», explicó Jesús Luna, albañil de 49 años.

En Bucerías, también en Nayarit, algunas calles se convirtieron en ríos con fuertes corrientes que bajan de un cerro cercano.

Roslyn se formó como huracán el viernes y de manera inesperada en unas horas alcanzó la categoría 4 en la escala Saffir-Simpson (de 5).

Más de mil personas en zona de riesgo dejaron sus viviendas para trasladarse a refugios o casas de familiares.

Asimismo, el fenómeno obligó a aplazar un partido semifinal del Abierto de Tenis de Guadalajara, la capital de Jalisco, afectada por precipitaciones el sábado.

Un huracán superior a la categoría 3 se considera un fenómeno «mayor» potencialmente catastrófico.