Las inundaciones provocadas por el huracán Harvey en Texas (EE.UU.) han dejado bajo el agua al menos cinco estanques que contenían desechos tóxicos cerca de Houston, que habrían esparcido peligrosas sustancias químicas para la salud humana y la vida silvestre.

En el área metropolitana de Houston, una planta petroquímica tiene más de una decena de ‘lugares de superfondo’, lugares designados por la Agencia de Protección Ambiental estadounidense como “los más contaminados del país”.

Algunos de estos depósitos se encuentran a pocas decenas de metros del río San Jacinto.

Ese tipo de estanques contienen, entre otras sustancias, dioxinas y demás toxinas duraderas relacionadas con defectos de nacimiento y cáncer.