El primer ministro británico, Boris Johnson, lanzará una campaña la próxima semana para que los trabajadores vuelvan a sus lugares de empleo, con la intención de reactivar el consumo en zonas comerciales urbanas hoy convertidas en áreas casi desiertas por los efectos económicos de la pandemia de coronavirus.

Según informó el diario The Telegraph, la campaña resaltará los beneficios para la salud emocional y mental de volver a interactuar con colegas a fin de reducir el número de empleados que trabajan desde sus hogares.

Los empresarios ya advirtieron sobre los perjuicios resultantes para el consumo de la falta de gente en las calles.

El Ministro de Finanzas, Rishi Sunak, también está preocupado por la pérdida de puestos de trabajo en los emprendimientos que dependen de los trabajadores de las oficinas, como comercios de comida rápida, gimnasios, pubs, y por el gasto en mantenimiento de los transportes que actualmente funcionan casi vacíos.

A su vez, Carolyn Fairbairn, Directora general de la Confederación de la Industria Británica, (CBI), sugirió que un esquema que combine el teletrabajo con el trabajo en la oficina era el mejor camino a seguir.

En declaraciones a Times Radio, Fairbairn aseguró: «Las oficinas corren el riesgo de morir. Y lo lamentaríamos mucho si permitiéramos que eso ocurriera».

Para ellos se pedirá también a los empleadores que le garanticen al personal que es seguro regresar, destacando las medidas tomadas para prevenir la propagación del coronavirus.

El Ministro de Transporte, Grant Shapps, por su parte, afirmó que algunas cosas eran «imposibles» de hacer de forma remota e insistió en que ahora es seguro volver al trabajo.

«Tenemos absolutamente claro que los empleadores y los empleados deben trabajar juntos para resolver esto y, por supuesto, existe una gran cantidad de tipos de protecciones para los empleados si los empleados tienen inquietudes sobre el lugar de trabajo», subrayó.

Una encuesta difundida este viernes, y elaborada por académicos de la Universidad de Cardiff y la Universidad de Southampton, reveló que casi nueve de cada diez personas que han trabajado desde casa durante la cuarentena quieren seguir haciéndolo.

La investigación muestra que el número de empleados que trabajan desde el domicilio pasó del 6% antes del inicio de la pandemia al 43% en abril, poco después de que se introdujeran las medidas del confinamiento.

La encuesta indicó sin embargo que la productividad se mantuvo estable en comparación con los seis meses anteriores de la epidemia.

Alan Felstead, profesor de la Universidad de Cardiff y del Instituto de Investigaciones, Datos y Métodos Sociales y Económicos de Gales (Wiserd), dijo que los resultados indican que podría haber un «cambio importante» con respecto al lugar de trabajo tradicional.

«Lo que es particularmente sorprendente es que a muchos de los que han trabajado en casa durante la cuarentena les gustaría seguir trabajando de esta manera, incluso cuando las reglas de distanciamiento social no lo exigen», detalló.

Consideró que estas personas se encuentran entre las más productivas, por lo que impedirles elegir cómo trabajar en el futuro no tiene sentido en términos económicos.

«Dar a los empleados flexibilidad sobre dónde trabajar podría ser extremadamente beneficioso para las empresas mientras intentan recuperarse del impacto del coronavirus», apuntó.