Wilson Witzel, el gobernador de Río de Janeiro, uno de los estados más afectados por la pandemia de coronavirus en Brasil, anunció hoy que está infectado y prorrogó hasta fin de mes la cuarentena en su Estado, mientras el gobierno nacional reportó que el total de casos confirmados roza los 25.000 y los muertos por la pandemia se acercan a los 1.500 y este lunes se reiteraron roces entre el presidente Jair Bolsonaro y su ministro de Salud, Luiz Mandetta.

Río de Janeiro es la segunda región más afectada de Brasil, con 3.231 contagios y 188 decesos, y el mandatario extendió hasta el 30 de este mes las restricciones que había impuesto por primera vez el 17 de marzo y prorrogado el 30 de ese mes.

La medida incluye la suspensión de las clases y de la llegada de vuelos internacionales y cruceros, así como el cierre de cines y teatros, y la prohibición de celebrar actos públicos, según la agencia de noticias EFE.

Mientras tanto, continuaron hoy los roces entre Bolsonaro y Mandetta, por un lado, y también entre el presidente y el Congreso, en ambos casos debido a las diferencias de criterio con respecto a la estrategia para afrontar la pandemia.

“Espero que tengamos modelos de trabajo unificados, porque lo que pasa es que el brasileño está en duda, no sabe si escuchar al ministro o al presidente”, dijo Mandetta anoche al canal TV Globo.

“Yo no miro la TV Globo”, respondió lacónicamente el mandatario esta mañana, consultado por periodistas sobre la declaración de su ministro.

La réplica estuvo a cargo del vicepresidente del bloque oficialista en la Cámara de Diputados, Otoni de Paula, quien afirmó que “Mandetta es un cáncer que si no es extirpado va a convertirse en metástasis”, según la agencia Ansa.

Mandetta no asistió esta noche a la conferencia de prensa en la que funcionarios del área de Salud informan diariamente sobre la evolución de la pandemia.

La semana pasada, Bolsonaro estuvo a punto de echar a Mandetta y reemplazarlo por el diputado Osmar Terra, pero a último momento dio marcha atrás, luego de comprobar la oposición a esa medida por parte de la mayoría de los miembros del gabinete y los presidentes de las dos cámaras del Congreso.

“Estoy convencido de que el pico de la pandemia es ahora y la pandemia termina en mayo”, dijo hoy Terra, en contradicción con lo expresado por Mandetta, para quien el momento crítico llegará entre mayo y junio.

Por otra parte, la Cámara de Diputados dio media sanción a un proyecto de ley destinado a brindar un auxilio equivalente a 17.400 millones de dólares a los estados provinciales y los municipios para afrontar la crisis sanitaria, pero el ministro de Economía, Paulo Guedes, anticipó que sugerirá a Bolsonaro que vete la norma si llegara a sancionarse.

Un último reporte del Ministerio de Salud de Brasil informó que el número de contagiados alcanzó los 24.920 y los muertos, 1.489. En las últimas 24 horas se registraron 1.490 nuevas infecciones y 161 muertes, según la agencia de noticias ANSA.

La situación más crítica sigue concentrándose en el estado de San Pablo, donde hoy se registraron 87 fallecimientos, lo que elevó el total a 695.

En Amazonas, en el norte del país, la situación sanitaria y funeraria es de colapso según el intendente de Manaos, Arthur Virgilio Neto, quien reportó 71 muertos y 1.275 contagios.

Bolsonaro, que rechaza el cese de las actividades para combatir la propagación el virus, también está enfrentado a la mayoría de los gobernadores, apoyados por Mandetta en las políticas de aislamiento y cuarentena.

El gobernador de San Pablo, Joao Doria, convertido en uno de los principales adversarios de los bolsonaristas, anunció que va a controlar los comercios con la policía y la vigilancia sanitaria para iniciar una campaña para que vuelvan a cerrar sus puertas.

Es que en algunos barrios, retrasada la ayuda del gobierno federal, muchos comercios populares o informales abrieron sus puertas porque así se lo pidió Bolsonaro, quien acusó de la futura crisis de empleo a los gobernadores.

Doria informó hoy que el sistema de monitoreo de inteligencia artificial determinó que 55% de la población cumplió el aislamiento.

«Necesitamos llegar a 70% para lograr el ideal de no comprometer al sistema público de salud y las camas disponibles», afirmó Doria.

El sistema de monitoreo a través de teléfonos celulares fue implementado en San Pablo pero cuando iba a hacerse en todo el país a través del Ministerio de Ciencia y Tecnología, Bolsonaro objetó esta decisión,según el diario O Globo.