La cumbre reunirá a las siete economías más industrializadas del mundo en el castillo de Elmau, donde la canciller alemana Angela Merkel recibirá a los líderes de Estados Unidos, Barack Obama; Francia, Francois Hollande; Reino Unido, David Cameron; Italia, Matteo Renzi; Canadá, Stephen Harper; y Japón, Shinzo Abe.
Abordarán la situación del comercio internacional, un acuerdo de la ONU sobre cambio climático, salud pública, reducción de la pobreza y crisis de seguridad globales.

Además, si bien no figuran en la agenda de la cumbre, se espera que se discuta sobre el estado de las negociaciones nucleares con Irán, el avance del Estado Islámico (EI), la crisis de Grecia, y la situación en Ucrania.

La Casa Blanca informó esta semana que Obama va a presionar a sus socios europeos para que mantengan las sanciones a Rusia por la crisis ucraniana.

Además, el mandatario planea un encuentro bilateral -por fuera de la cumbre- con el primer ministro iraquí, Haidar Al Abadi, para analizar la estrategia de cara a los recientes avances del EI en ciudades como Ramadi o la siria Palmira.

La visita de algunos de los líderes más importantes del mundo requirió un importante operativo de seguridad que incluyó el traslado de más de 20.000 policías (2.000 de ellos austriacos) al lugar para garantizar la seguridad de la cumbre, tanto en torno al castillo de Elmau como en Munich, Garmisch-Partenkirchen y en la frontera con Austria.

Las fuerzas de seguridad alemanas reintrodujeron temporalmente los controles fronterizos entre los países que firmaron el acuerdo de Schengen -ayer 60 personas fueron detenidas en la frontera con Austria- y está previsto que durante la cita cierren parte del espacio aéreo del país.

Las autoridades decidieron que entre mañana y el lunes, salvo aviones comerciales, nada -desde avionetas privadas hasta cometas, pasando por parapentes y drones- puede sobrevolar un área de 100 kilómetros de radio en torno al castillo de Elmau.

Asimismo, desde hace una semana permanece cerrado un perímetro de seguridad de 16 kilómetros alrededor del castillo, en torno al que se instaló una verja de tres metros de altura y siete kilómetros de largo para impedir la entrada de extraños.

Decenas de ONGs, asociaciones, partidos de izquierda, sindicatos, organizaciones pacifistas y medioambientales reunidos en el colectivo «Stop G7» organizaron durante toda la semana diferentes acciones y manifestaciones.

Uno de los principales reclamos es contra el acuerdo transatlántico de comercio e inversión (TTIP) que la Unión Europea (UE) está negociando con Estados Unidos.

Los manifestantes también rechazan el costo de la cumbre que en apenas 24 horas -desde las 12 de mañana hasta el mediodía del lunes- costará al estado de Baviera 130 millones de euros, 90.000 euros por minuto.
Entretanto, varias personas resultaron hoy heridas por enfrentamientos entre policías y manifestantes en la protesta central contra la cumbre en Garmisch-Partenkirchen, a 20 kilómetros del castillo de Elmau.

Según fuentes policiales, la marcha que reunió a más de 4.000 personas dejo de lado su clima festivo y pacifico sobre el final cuando activistas atacaron a los agentes con botellas y extintores.

La policía respondió con gas pimienta para dispersar la movilización, mientras que el portavoz policial Hans-Peter Kammerer aseguró que siete efectivos resultaron heridos.

En el norte del país, en Leipzig, el centro de la ciudad se transformó anoche en escenario de fuertes enfrentamientos entre un centenar de jovenes radicales anticapitalistas, quienes vandalizaron numerosos comercios y se enfrentaron con la policia con bombas molotov, piedras y pirotecnia, una decena de policias resultaron heridos y un joven fue detenido, informó DPA.

Las protestas generaron preocupación entre las autoridades de Alemania, pues temen que deriven en ataques violentos como los registrados a mediados de marzo en Frankfurt durante las protestas anticapitalistas contra la inauguración de la nueva sede del Banco Central Europeo (BCE).

Un tribunal administrativo en Munich admitió parcialmente un reclamo contra las restricciones, al autorizar -en defensa de la libertad de reunión- que mañana hasta 50 manifestantes protestasen a vista y oído del castillo, aunque fuera del cordón más estrecho de seguridad, informó la agencia de noticias DPA.

El jueves, más de 40.000 personas protestaron en la ciudad de Munich contra el libre comercio, el calentamiento global y la pobreza mundial al tiempo que un grupo de personas inició un acampe en las tierras que un agricultor les prestó para que puedan manifestarse en Garmisch-Partenkirchen.