El ex presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) reconoció que votará a su histórico rival, Luiz Inácio Lula da Silva, en caso de un escenario de balotaje contra el actual mandatario, Jair Bolsonaro, quien por su parte afirmó creer que el ex sindicalista será bloqueado por la justicia para las elecciones de 2022.

«No sé si Lula tendrá condiciones para ser candidato o si sería el mejor candidato pero, si es entre él o (el presidente Jair) Bolsonaro, lo votaría, voto en el menos peor», dijo el sociólogo Cardoso, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), fuerza que cogobernó con Michel Temer tras la destitución de DIlma Rousseff.

En declaraciones al sitio UOL, Cardoso elogió el discurso de Lula la semana pasada. «Lula fue formado por las necesidades de la vida, eso cuenta e hizo un discurso correcto, acertando en los puntos fundamentales», dijo Cardoso.

Parte de la base parlamentaria del PSDB y varios gobernadores, entre ellos Joao Doria, de Sao Paulo, apoyaron en la segunda vuelta a Bolsonaro en lugar de Fernando Haddad, candidato del Partido de los Trabajadores de Lula.

Cardoso sugirió diferenciarse más de Bolsonaro a sus dos precandidatos posibles del PSDB, Doria y el gobernador de Río Grande do Sul, Eduardo Leite, para tener chances en 2022, dado que ambos pasaron a la oposición a raíz de diferencias en las políticas para combatir la pandemia.

Cardoso dijo en enero arrepentirse de no haber votado a Haddad en 2018 y de hacerlo en blanco, sobre todo porque Bolsonaro, en los años noventa, dijo que el sociólogo merecía ser asesinado por haber privatizado la minera estatal Vale do Rio Doce.

El martes por la noche, en diálogo con un canal bolsonarista, el presidente Bolsonaro dijo brevemente al ser preguntado acerca de Lula: «Creo que no estará habilitado para competir en 22».

Las dos condenas de Lula -que estuvo 580 días en prisión- fueron anuladas por el juez de la Corte Suprema Edson Fachin, quien, cinco años después, aceptó un recurso de incompetencia planteado contra el exjuez Sérgio Moro, de la Operación Lava Jato.

Los casos de Lula, dijo Fachin, no tienen vinculación con desvíos en la petrolera Petrobras y deben ser investigados nuevamente por fueros competentes.

Por otra parte, la parcialidad de Moro ante Lula está siendo votada en la sala II de la Corte, con un empate 2 a 2. Falta el voto del juez supremo Kassio Nunes Marques, el único designado por Bolsonaro, conocido por ser crítico de la falta de garantías de los procesos de Lava Jato.

Nunes Marques tiene la absolución total de Lula en sus manos y Bolsonaro lo ha convocado para otorgarle la más alta condecoración del Ejército.

En 2018, el ex jefe del Ejército Eduardo Villas Boas, según él mismo reconoció, amenazó a la Corte Suprema antes de una votación para liberar a Lula. «Fue una decisión consultada por el alto comando», afirmó el exjefe militar, quien, tras las elecciones, se transformó en asesor especial de Bolsonaro tras dejar el alto cargo.