El ejército y los paramilitares enfrentados en Sudán anunciaron este domingo una prórroga de 72 horas a la tregua que vencía esta noche, que aunque está siendo violada, ha permitido establecer unos corredores seguros para evacuar a extranjeros y proseguir con las negociaciones.

En virtud de esta tregua, un avión aterrizó en Sudán con ocho toneladas de ayuda médica de emergencia para abastecer hospitales al borde del colapso, tras más de dos semanas de enfrentamientos entre fuerzas leales a dos generales rivales, informó la Cruz Roja.

El organismo humanitario internacional dijo que los suministros son suficientes para tratar a cientos de heridos en los combates entre el jefe del Ejército y el líder de una fuerza paramilitar, que ya dejaron más de 400 muertos.

Desde que estalló el conflicto, el 15 de abril, más de dos tercios de los hospitales en áreas con combates activos quedaron fuera de servicio por escasez de suministros, trabajadores de salud, agua y electricidad.

El avión con ayuda despegó de Jordania y aterrizó en la ciudad portuaria de Puerto Sudán, sobre el mar Rojo, en el noreste de Sudán.

Los suministros, incluidos anestésicos, apósitos, suturas y otro material quirúrgico, son suficientes para tratar a más de 1.000 personas heridas en el conflicto.

El Sindicato de Médicos de Sudán dijo este domingo que, en las últimas dos semanas, 425 civiles murieron y 2.091 resultaron heridos por los combates en Jartum, sus suburbios y en la región occidental de Darfur.

El Ministerio de Salud de Sudán cifró el sábado pasado el número total de muertos, incluyendo combatientes, en 528, con 4.500 heridos.

Algunas de las batallas más mortíferas se libraron en Jartum, donde se usaron tanques, aviones y armas pesadas en zonas densamente pobladas de la ciudad de cinco millones de habitantes.

La lucha enfrenta al jefe del Ejército, general Abdel Fatah al-Burhan, con el general Mohammed Hamdan Daglo, jefe de un grupo paramilitar conocido como Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).

Los generales, ambos con poderosos patrocinadores extranjeros, fueron aliados en un golpe militar de octubre de 2021 que detuvo la accidentada transición de Sudán a la democracia, pero luego se distanciaron.

Los sudaneses de a pie quedaron atrapados en el fuego cruzado en su país, una nación árabe y musulmana ubicada en el noreste de África, la tercera más extensa del continente.

Decenas de miles de personas huyeron a países vecinos, incluidos Chad y Egipto, mientras que otros siguen atrapados con suministros cada vez más escasos. Miles de extranjeros han sido evacuados en puentes aéreos y convoyes terrestres.

Durante el fin de semana, residentes dijeron que los negocios estaban reabriendo y que la normalidad volvía gradualmente a algunas zonas de Jartum a medida que disminuía la escala de los combates gracias al alto el fuego.

En otras partes de la ciudad, los residentes reportaron explosiones y saqueos de casas por parte de combatientes.

La ONU ya advirtió que el conflicto abierto podría ser el principio de una crisis alimentaria en toda la región del este de África y del estallido de una de violencia armada en los siete países que comparten frontera con Sudán.

Una tercera parte de los 45 millones de habitantes de Sudán ya necesitaba ayuda humanitaria antes de este conflicto.