Un palestino fue muerto hoy por fuego del Ejército israelí cuando se encontraba en la valla que separa la Franja de Gaza de Israel, informaron fuentes militares israelíes y médicas palestinas.

Es la víctima mortal número 20 desde el inicio el pasado viernes de la denominada Marcha del Retorno, una campaña de protestas contra la ocupación militar israelí que según el grupo islamista Hamas, que controla Gaza, durará seis meses.

Un equipo médico halló el cuerpo sin vida de un palestino próximo a la valla de separación en el norte del enclave, informó el Ministerio de Salud palestino en un comunicado en el que no facilitó su identidad.

Fuentes del Ejército israelí dijeron que soldados dispararon a un individuo armado que se encontraba junto a la divisoria, informó la agencia de noticias EFE.

El Ejército calificó a la víctima de «terrorista armado» y advirtió de que «no permitirá ningún daño a la seguridad de civiles israelíes y continuará operando contra los terroristas involucrados en actos de terror».

Ayer, dos gazatíes resultaron heridos cerca de la frontera por fuego de soldados israelíes cuando un grupo se acercó a la divisoria en el sureste de Gaza capital, informó la agencia de noticias palestina Wafa.

Desde que se inició el pasado viernes la denominada Marcha del Retorno se repiten disturbios en la valla de separación, con grupos de manifestantes que lanzan piedras y cócteles molotov, a los que los soldados responden con medios antidisturbios y disparos con munición real.

El viernes pasado, Día de la Tierra para los palestinos, unas 30.000 personas marcharon hacia las fronteras del enclave con Israel, donde hubo choques con las fuerzas de seguridad israelíes, que mataron a 18 e hirieron de bala a más de 800 personas.

El martes pasado falleció otro palestino, también por disparos israelíes en enfrentamientos en la frontera.

Se espera que mañana, día de rezo musulmán, se repitan las protestas hacia la línea divisoria, donde los palestinos mantienen cinco campamentos con actividades, en los que reclaman el derecho al retorno de los refugiados, y cerca de los cuales han acumulado cientos de neumáticos para incendiarlos y dificultar la visión de tiro de los soldados.

Israel ha advertido de que no permitirá que nadie se acerque a menos de 300 metros de la frontera y ponga en peligro a su población.