La rápida propagación del coronavirus empieza a causar problemas serios en los países vecinos de China. Japón y Corea del Sur afrontan sendas crisis: el país nipón se encuentra en el punto de mira por la gestión del Diamond Princess, el crucero con más de 620 contagiados a bordo, tras dos semanas de cuarentena.

Por su parte, Corea del Sur ha urgido a un encierro similar a los 2,5 millones de habitantes de la ciudad de Daegu, debido al riesgo de una infección colectiva a partir de un foco en una iglesia.

Se trata de una situación “muy grave”, ha advertido el alcalde de esta urbe, la cuarta más grande Corea del Sur, Kwon Young-jin. El regidor ha pedido a los habitantes de la ciudad, situada a 240 kilómetros de la capital, Seúl, que se queden en sus hogares hasta nuevo aviso. Y es que, de los 104 casos registrados en todo el país, hasta 70 son de Daegu o sus alrededores, y muchos han sido vinculados a una mujer de 61 años. Descrita como “paciente 31”, sería lo que las autoridades sanitarias definen como un “supercontagiador”.

La afectada pertenece a la iglesia cristiana Shincheonji (Nuevo Cielo y Tierra), que el pasado domingo celebró una misa a la que asistieron un millar de personas, de las que al menos 90 presentan síntomas de Covid-19, la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus. Hasta 23 de los nuevos contagiados, 53 según el último recuento del Centro para la Prevención del Control de Enfermedades de Corea del Sur (KCDC, en sus siglas en inglés), estuvieron presentes en esa ceremonia.

Además, Corea del Sur informó este jueves de la primera muerte por coronavirus en su territorio, un hombre del condado de Cheongdo, limítrofe con Daegu, que falleció por una neumonía el miércoles y a quien se ha detectado después presencia del virus en su organismo. La “paciente 31” también había visitado Cheongdo.

Otras 12 personas fueron diagnosticadas con la enfermedad en el mismo hospital que trató al fallecido, que ahora se encuentra temporalmente sellado. Alrededor de 600 personas, entre pacientes y personal médico, serán examinados de coronavirus, según la agencia Yonhap. Las aparentes conexiones con Daegu de la mayoría de los últimos casos han convertido a la urbe en una ciudad fantasma.

Es como si alguien hubiese tirado una bomba en el centro de la ciudad. Parece un apocalipsis zombi”, aseguró Kim Geun-woo, residente de 28 años, a la agencia Reuters.

Si la situación en Daegu trae reminiscencias de lo ocurrido en otros lugares de China, paralizados por la expansión del coronavirus, Japón afronta un reto nuevo: asegurar que la evacuación de miles de pasajeros del Diamond Princess, anclado en el puerto de Yokohama, no va a provocar una crisis mayor dentro y fuera de su territorio.

Entre el miércoles y el viernes más de 2.000 pasajeros, la mitad japoneses y el resto procedentes de más de 50 países, habrán abandonado el barco, tras finalizarse la cuarentena de dos semanas impuesta por Japón a sus 3.771 ocupantes (2.666 pasajeros y 1.105 tripulantes). Las autoridades niponas la instauraron después de que un hombre que había estado a bordo cinco días, apeándose en Hong Kong el 25 de enero, recibiera un diagnóstico positivo de Covid-19 el 1 de febrero.

Desde entonces, más de 620 personas han resultado contagiadas, la mayor ola de infecciones fuera de China. Dos japoneses, un hombre y una mujer de 87 y 84 años, respectivamente, se han convertido en las primeras víctimas mortales, según informaron este jueves las autoridades sanitarias del país. Las críticas arrecian contra las medidas tomadas por Japón, que defiende solo permitir la evacuación de aquellos que hayan dado negativo en la prueba del coronavirus.