Rusia sufrió este jueves, en el día 50 de la invasión a Ucrana, una de las pérdidas materiales más importantes, cuando el buque Moskva, insignia de su flota en el mar Negro, se vio «seriamente dañado» por una explosión que Moscú atribuye a una detonación de municiones a bordo y Kiev a un ataque con misiles.

En un momento en que las tropas rusas intentan tomar el puerto estratégico de Mariupol, en el mar de Azov, cuyas aguas bañan el sur del Donbass, y extender así su ofensiva en sur y en el este de Ucrania, el buque Moskva sufrió daños importantes.

«Debido a un incendio hubo municiones que explotaron a bordo» y la tripulación fue evacuada, informó el Ministerio de Defensa de Rusia, citado por las agencias de noticias estatales Ria Novosti y Tass.

Las autoridades ucranianas afirmaron sin embargo, que el Moskva fue alcanzado por misiles.

«Misiles Neptune que protegen el Mar Negro provocaron importantes daños en este buque ruso», según el gobernador de Odesa, Maxim Marchenko, informó la agencia de noticias AFP.

Un asesor del presidente ucraniano, Oleksiy Arestovich, confirmó en YouTube que «el buque insignia de la flota rusa en el mar Negro tuvo una sorpresa».

Ahora «arde con fuerza. Ahora mismo. Y con este mar tormentoso no se sabe cuándo podrán recibir ayuda», aseguró en una transmisión en la que, además, afirmó que había 510 tripulantes a bordo en el momento del ataque.

El anuncio de Marchenko se sumó al del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas ucranianas que este jueves también indicó a través de YouTube que hasta el momento son 19.900 los militares rusos muertos desde que comenzó la invasión del país, el 24 de febrero pasado.

Asimismo, detalló que fuerzas ucranianas destruyeron 753 tanques, 1.968 vehículos blindados, 366 sistemas de artillería, 160 aviones, 144 helicópteros, siete barcos y 76 tanques de combustible, entre otras pérdidas.

Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso dio cuenta de más de 800 instalaciones militares ucranianas destruidas, entre las que figuran 550 «lugares de reunión» del Ejército, informó la agencia de noticias Europa Press.

En el sur, las autoridades locales anunciaron que la zona del puerto comercial de Mariupol fue tomada por los rusos.

La conquista de Mariupol sería una victoria importante para los rusos, ya que les permitiría consolidar su posición en el mar de Azov, uniendo las zonas del Donbass controladas por los separatistas prorrusos en el este, con la península de Crimea, que Moscú se anexó en 2014.

Varios expertos consideran que la caída de la ciudad es inevitable, pero los militares ucranianos no se rinden y ahora los combates se concentran en la zona industrial de la ciudad.

En tanto, en el Donbass, en el este de Ucrania, las autoridades afirmaron que van a reiniciar las evacuaciones de civiles hacia el oeste ante el temor de una ofensiva a gran escala de Rusia, que aspira a controlar esta región, donde están las autoproclamadas repúblicas separatistas prorrusas de Donetsk y Lugansk, escenario de enfrentamientos con las tropas de Kiev desde 2014.

Las evacuaciones habían sido suspendidas luego que Kiev estimara que eran demasiado «peligrosas».

La resistencia del ejército ucraniano se concentra ahora en el vasto complejo metalúrgico de Azovstal, en Mariupol.

Este miércoles, el presidente estadounidense, Joe Biden, que dudaba si entregar equipamiento pesado a Ucrania por los temores a agravar más las tensiones con Moscú y de ser considerado como una parte en el conflicto, prometió una nueva entrega de ayuda militar por 800 millones de dólares.

Esta renovación del equipamiento con que cuenta Kiev coincide con la amenaza lanzada por Moscú de atacar la capital de Ucrania, después de que el vocero del Ministerio ruso de Defensa, Igor Konashenkov, denunciara «intentos de sabotaje y bombardeos de las fuerzas ucranianas contra posiciones en el territorio de la Federación de Rusia».

«Si estos hechos continúan, el ejército ruso atacará centros de toma de decisiones, también en Kiev», añadió el vocero.

Las fuerzas rusas se retiraron a mediados de marzo de los alrededores de Kiev después de intentar en vano durante un mes cercar la capital ucraniana.