El Banco Central de Brasil (BCB) recortó este miércoles su tasa básica de 6,5% a 6%, un nuevo mínimo histórico, en su primera reducción desde marzo de 2018, satisfaciendo reclamos de flexibilización en un país en plena desaceleración económica.

La decisión fue adoptada por unanimidad de los nueve miembros del Comité de Política Monetaria (Copom) del BCB y supera la expectativa promedio del mercado, de un recorte de 0,25 puntos porcentuales, a 6,25%.

El Copom destacó en un comunicado que su decisión fue motivada tanto por las bajas proyecciones inflacionarias como por los primeros pasos en el proceso de aprobación de la reforma de las jubilaciones, considerada por los mercados como una medida clave para sanear las cuentas públicas.

Las previsiones de aumento de precios para este año son de 3,80%, por debajo del centro de la meta oficial de 4,25%, según la última encuesta semanal Focus de expectativas de mercado, del BCB. Pero la institución llama a no bajar la guardia.

«El Copom reconoce que el proceso de reformas y ajustes necesarios en la economía brasileña avanzó, pero enfatiza que la continuidad de ese proceso es esencial para la recuperación sostenible de la economía brasileña», afirma.

La reforma de las jubilaciones -con la que el gobierno pretende ahorrar unos 930.000 millones de reales (240.000 millones de dólares) en 10 años- fue aprobada en su primera votación en la Cámara de Diputados, pero debe pasar por otra votación en esa instancia y luego por otras dos en el Senado.

La Confederación Nacional de Industrias (CNI) mostró su satisfacción por el anuncio.

«El débil desempeño de la actividad económica, la inflación baja y el movimiento global de los recortes de tasas, especialmente en los países emergentes, justifican la decisión del Banco Central», expresó la entidad.

La economía brasileña sufre una preocupante desaceleración, atribuida en gran parte a las dificultades del presidente Jair Bolsonaro para impulsar las reformas liberales prometidas en su campaña.

Las expectativas de crecimiento económico en 2019 se dividieron por tres, para situarse actualmente en 0,8%, en un nuevo año de frustraciones después de dos de recesión (2015-2016) y otros dos de débil despegue (1,1% tanto en 2017 como en 2018).

En el primer trimestre del año, el PIB brasileño se contrajo incluso 0,2% respecto al trimestre anterior, en su primera caída desde fines de 2016.