El sospechoso de los atentados con bomba que mantuvo en vilo a los habitantes de Austin, la capital de Texas, se inmoló hoy a bordo de su vehículo y puso a fin a un intenso operativo para atraparlo, aunque las autoridades advirtieron que podría haber colocado bombas en más lugares.

La policía identificó al hombre como Mark Anthony Conditt, un joven blanco de 24 años, aunque todavía se investiga el móvil de los atentados y si actuó sólo en los cinco atentados con bomba en Austin y en Schertz, en los suburbios de San Antonio, que causaron la muerte a dos personas e hirieron a cuatro.

La policía, que trabaja en el operativo junto al FBI y la Agencia de Tabaco, Explosivos y Alcohol (ATF), fue tras la pista de Conditt a partir del último intento de ataque, contra un centro de distribución de FedEx en Austin.

Un operario detectó el paquete sospechoso y las autoridades lograron desactivarlo antes de que explote.

Además, las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad permitieron seguir la pista.

El jefe de Policía de Austin, Brian Manley, dijo que hallaron el vehículo de Conditt en un hotel de la ruta interestatal 35, a unos 30 kilómetro de Austin y que aguardaban la llegada de refuerzos para detenerlo pero el hombre comenzó a alejarse en su camioneta.

Un equipo de SWAT comenzó a seguirlo, el hombre chocó contra una zanja en la ruta y, cuando notó que los agentes del grupo de élite de acercaban, detonó un artefacto explosivo dentro del vehículo, relató Manley.

En una imagen aérea publicada por el diario Austin American Statesman, se puede ver la camioneta 4×4 de Conditt con sus vidrios estallados, rodeada de tres camionetas blancas -presuntamente del SWAT-, una de ellas chocada y pegada al vehículo del sospechoso.

El alcalde de Pflugerville, a 30 kilómetros de Austin, dijo que el presunto autor de los ataques era residente de la ciudad y que vivía a dos cuadras de su casa.

Austin y la vecina Schertz fueron escenario de cinco ataques en menos de tres semanas, los últimos en menos de 48 horas.

Los primeros tres ataques llevaron a la policía a pensar que se trataba de un atacante serial y motivado por cuestiones raciales, debido a que las víctimas eran dos afroamericanos y una hispana.

Sin embargo, un cuarto ataque en Black Dawn Song Dr, un barrio de residentes predominantemente blancos en el sureste de la capital texana, debilitó esa teoría.

Ese ataque, ocurrido el 18 de marzo, desató el terror entre los habitantes de la ciudad sureña, que desde entonces reportaron 1.257 denuncias por paquetes sospechosos, 420 en las 12 horas posteriores a la cuarta explosión.

Dos días después, dos sedes de FedEx, una en Austin y otra en Schertz recibieron paquetes sospechosos: el primero fue detectado a tiempo y la policía logró desactivarlo, el segundo explotó sin causar víctimas fatales.

Las imágenes de video de los últimos ataques, así como la bomba desactivada, dieron pistas sobre la identidad del autor; pero su muerte no rebajó las alertas de la Policía, que advirtió sobre la posibilidad de que el hombre haya colocado otras bombas antes de inmolarse.

«No sabemos dónde pasó este sospechoso sus últimas 24 horas. Por lo tanto, debemos permanecer atentos para garantizar que no se hayan dejado otros paquetes o dispositivos a la comunidad», alertó Manley.

La policía cree que Conditt es el autor de todos los ataques, aunque no se animan a asegurar que actuó sólo.

«Lo que sí sabemos es que la misma persona construyó cada uno de estos dispositivos», dijo Fred Milanowski, el agente a cargo de la división de Houston de la ATF, y reiteró la hipótesis de que podría haber más dispositivos plantados en otros lugares.

Al ser consultado sobre si el presunto autor de los ataques pudo haber construido otros dispositivos, Milanowsky explicó que saben «cuando compró algunos componentes» pero «es difícil decir si estuvo construyendo en el camino».

En ese sentido, el alcalde de Austin, Steve Adler, instó a los residentes a seguir denunciando cualquier cosa que consideren sospechosa.

Más allá de las advertencias de que el caso podría no haber terminado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó su entusiasmo en Twitter.

«El sospechoso de los bombardeos en Austin está muerto», escribió en mayúsculas, como lo hace habitualmente. «Gran trabajo de las autoridades y de todos los interesados», agregó.