Estados Unidos anunció hoy otra ayuda económica a Ucrania de 3.000 millones de dólares para reforzarla militarmente, lo cual incluirá vehículos blindados Bradley, a lo que Rusia respondió de inmediato denunciando que este tipo de medidas dejan «en claro que los países de Occidente no están interesados en encontrar una solución pacífica» al conflicto armado.

El Pentágono dará mayores detalles, pero la asistencia incluirá blindados para transporte de tropas y obuses autopropulsados, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, citada por la agencia de noticias AFP.

Washington y Berlín anunciaron ayer que proporcionarían a Kiev vehículos blindados -Bradley de Estados Unidos y Marder de Alemania- pero no dieron detalles sobre la cantidad.

Los Bradley, que suelen ir armados con un cañón automático de 25 mm, una ametralladora de 7,62 mm y misiles antitanque, darán potencia adicional a Ucrania.

«No es un tanque, pero es un matador de tanques», dijo el brigadier general Pat Ryder, vocero del Pentágono, quien agregó que confía «en que los ayudará en el campo de batalla».

A las pocas horas, Rusia reaccionó enfáticamente a través de su representación diplomática afirmando que «está cada vez más claro que los países del Occidente colectivo no están interesados en encontrar una solución pacífica al conflicto».

«El pueblo ucraniano ha sido convertido en una herramienta para lograr los intereses geopolíticos de Occidente, que solo lleva a una prolongación de las hostilidades y a víctimas y destrucción sin sentido», enfatizó.

Previamente, el Kremlin alertó que la decisión de Alemania de entregar blindados a Ucrania «es un paso hacia una escalada del conflicto», mientras que Berlín precisó que serán 40 los vehículos de combate que le dará a Kiev en el primer trimestre de este año como parte de una nueva fase de apoyo coordinada con Estados Unidos.

En medio del alto del fuego unilateral de 36 horas que decretó el presidente Vladimir Putin con motivo de la Navidad ortodoxa, la embajada rusa en Berlín indicó que «la velocidad con la que este paso fue acordado no deja duda de que la medida de Berlín fue adoptada, entre otras cosas, bajo gran presión de Washington, actuando en línea con la destructiva lógica de solidaridad transatlántica».

«Destacamos que la entrega a Kiev de armas letales y equipamiento militar pesado, usado no sólo contra personal militar ruso, sino también contra la población civil del Donbass (región este de Ucrania de mayoría rusoparlante), es una raya moral que las autoridades alemanas no debieron haber cruzado, teniendo en cuenta la responsabilidad histórica de Alemania por los crímenes del nazismo», apuntó en un comunicado citado por la agencia de noticias Europa Press.

«Está cada vez más claro que los países del Occidente colectivo no están interesados en encontrar una solución pacífica al conflicto», añadió la representación diplomática y expresó que «Ucrania se convirtió en un terreno de pruebas militar».