En medio de la publicación de fotos y videos de niños y civiles muertos y heridos por un presunto nuevo ataque químico ejecutado ayer contra una zona rebelde en Duma, que dejó más de 70 víctimas fatales, según diversas fuentes, Estados Unidos y Rusia se cruzaron hoy con denuncias y desmentidas, al tiempo que el gobierno sirio selló un acuerdo con la milicia opositora que controla la localidad golpeada.

La organización Cascos Blancos, rescatistas civiles que se agruparon en las zonas controladas por la oposición para ayudar a las víctimas después de los ataques del Ejército y sus aliados, como Rusia y Hezbollah, denunció en Twitter que un helicóptero lanzó un barril con químicos sobre Duma, lo que provocó la muerte de al menos 150 personas y causó heridas a más de 1.000.

Duma es la última localidad que queda en manos opositoras en Ghouta Oriental, una región que fue hasta hace unas semanas el principal bastión de los rebeldes en las afueras de Damasco.

Los Cascos Blancos mostraron fotos de cadáveres, muchos de ellos de niños, y estimó que en total 500 personas fueron afectadas por el ataque. Según denunciaron, «un helicóptero arrojó un barril bomba que contenía un agente químico sobre Duma», una táctica usualmente utilizada por el Ejército sirio.

El Consejo de Seguridad de la ONU llamó a sus miembros a una reunión urgente mañana, para considerar la situación en Siria, según anunciaron las delegaciones de Francia y el Reino Unido a través de Twitter.

Investigadores internacionales de la ONU y otras organizaciones concluyeron en el pasado que armas químicas fueron utilizadas en reiteradas ocasiones en la guerra en Siria y la oposición ha acusado una y otra vez al gobierno.

El anterior ataque químico había sido en la localidad de Khan Sheikhoun, otra vez una zona controlada por los rebeldes, y en esa ocasión 93 personas murieron. Hace tres días se había cumplido el primer aniversario de esa masacre, que desató un inédito ataque militar del gobierno estadounidense de Donald Trump contra el Ejército sirio.

Desde entonces, Trump ha coqueteado con desentenderse de la guerra en Siria y retirar a sus militares, lo que en los hechos fortaleció la posición de Rusia y, por transferencia, de su aliado, el gobierno sirio de Bashar al Assad.

Hoy, sin embargo, tras la denuncia de un nuevo ataque, Trump criticó con inusual fuerza no sólo a Bashar, sino principalmente al presidente ruso, Vladimir Putin.

«Muchos muertos, incluyendo mujeres y niños, en un ataque químico sin sentido en Siria. La zona donde se cometió la atrocidad está encerrada y asediada por el Ejército sirio, lo que la hace completamente inaccesible para el mundo exterior. El presidente Putin, Rusia e Irán son responsables de apoyar al animal de Assad. Gran precio a pagar», escribió el mandatario estadounidense en su Twitter.

«Abran el área inmediatamente para ayuda médica y verificación. Otro desastre humanitario sin ningún tipo de sentido. ¡ENFERMIZO! Si el presidente Obama hubiese cruzado lo que él denominó la Línea Roja en la Arena, ¡el desastre sirio hubiese terminado hace mucho tiempo! ¡El animal de Assad sería historia!», agregó, en referencia a la invasión estadounidense que su antecesor, Barack Obama, abortó a último momento en 2013 cuando Rusia convenció a Damasco a entregar su arsenal químico.

Desde entonces, la oposición, investigadores internacionales y organizaciones de derechos humanos acusan a Al Assad de no haber entregado o destruido todas sus armas químicas.

El gobierno sirio desmiente tajantemente tener armas químicas y hoy lo volvió a reiterar.

«Las denuncias del uso de sustancias químicas en Duma son un intento claro de impedir el progreso del Ejército», sentenció anoche la agencia de noticias oficial SANA.

Su aliado, el gobierno ruso, también rechazó las denuncias de los Cascos Blancos y de Estados Unidos.

«Negamos rotundamente dicha información y, una vez sea liberada la ciudad de Duma de los rebeldes, nos declaramos dispuestos a enviar inmediatamente a nuestros especialistas», dijo el general Yuri Yevtushenko, jefe del Centro de Reconciliación ruso en Siria, a la prensa, citado por la agencia de noticias EFE.

El general ruso explicó que sus especialistas en limpieza química, biológica y radiactiva «recogerán datos que confirmarán que esas declaraciones son fabricadas».

Sostuvo que «una serie de países occidentales» intentan impedir la reanudación de la operación de evacuación de rebeldes de Duma, estancada desde hace un par de días.

Poco después, el gobierno sirio informó oficialmente un acuerdo con la milicia Ejército del Islam para evacuar a los últimos rebeldes y civiles de Duma, la última localidad que queda en manos opositoras en Ghouta Oriental, la región que desde febrero pasado es el escenario de una masiva ofensiva del Ejército y sus aliados para recuperar el control de ese estratégico suburbio de Damasco, la capital del país.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización proopositora con sede en Londres, al menos 1.600 civiles murieron en esta ofensiva.

Mientras ningún país acusó tan directamente a Rusia como la Casa Blanca, Turquía, la Unión Europea y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, sí hicieron saber su preocupación y le pidieron a los aliados de Al Assad, especialmente Moscú, que lo presionen para que deje de atacar a civiles.