La política de la futura administración Trump parece previsible en cuanto a la lucha contra los islamistas y el despliegue de la OTAN en el este de Europa. Pero es mucho más difícil anticipar cuáles son sus intenciones en el Extremo Oriente.

Valentin Vasilescu, analista de temas internacionales, experto militar y ex comandante adjunto del aeropuerto militar de Otopeni (Rumania), ofrece algunas pistas que reproduce el portal voltairenet.org.

“Donald Trump será el presidente de Estados Unidos durante los 4 próximos años. Estados Unidos se considera el «gendarme del mundo» y además traza las líneas de acción de la OTAN. Su política militar –dice Vasilescu- estará en manos del general Michael Flynn, ya designado como consejero presidencial para la seguridad nacional”.

Señala luego que “una de las certezas sobre la administración Trump es que debe marcar un cambio radical de actitud hacia el gobierno del presidente sirio Bachar al-Assad, lo cual es visible en el hecho que el hoy presidente saliente, Barack Obama, apartó a Flynn de su cargo como director de la agencia de inteligencia del Pentágono (DefenseIntelligence Agency, DIA) precisamente por haber solicitado el cese del apoyo de Estados Unidos a los mercenarios yihadistas”.

Rumania y Bulgaria

El analista recuerda más adelante que Trump ya habló por teléfono con el presidente polaco Andrzej Duda y le garantizó apoyo militar estadounidense. “Pero no ha hablado con el presidente de Rumania –advierte-, ni con el de Bulgaria. Eso significa que el plan de la OTAN para el despliegue de una brigada blindada en los países bálticos y Polonia se concretará durante el mandato de Donald Trump, pero sin el envío de tropas o de medios de combate a otros países de la OTAN, a Rumania ni a Bulgaria. Y el Mar Negro seguirá siendo un lago ruso. Es posible que se negocie la eliminación del escudo antimisiles de Estados Unidos en Polonia y Rumania, a condición de que Rusia ponga en la mesa, como moneda de cambio, alguna garantía de preservación de las principales zonas de interés de Estados Unidos. Pero eso no sucederá en el Extremo Oriente”.

Relación con China

Con respecto a China, dice Vasilescu que mucho más grandes son las probabilidades de modificación de la actual estrategia de Estados Unidos hacia ese país, en razón de que la economía china se ha ido por delante de la economía estadounidense y que las fuerzas armadas chinas están en condiciones de dotarse de las tecnologías militares más avanzadas. “El 60% de la población mundial vive en el sur de Asia –señala- y eso explica por qué Estados Unidos no quiere perder ese mercado a manos de China. Una modificación de la estrategia estadounidense sería prohibir el acceso de la flota y de la aviación chinas a sus zonas de interés económico y militar. Eso sería posible mediante la creación de 4 sectores de vigilancia con medios satelitales y aéreos para seguir todos los movimientos de China”.

El análisis completo de Valentín Vasilescu se puede leer en: http://www.voltairenet.org/article194244.html

Foto: Robyn Beck