Dos personas murieron y entre 20 y 25 resultaron heridas este domingo cuando tres hombres dispararon contra una multitud reunida delante de una sala de concierto en la ciudad estadounidense de Miami Gardens, en el estado de Florida, en lo que la Policía ha descrito como un ataque “selectivo”.

El tiroteo ocurrió poco después de la medianoche en un salón de billar situado en un polígono comercial cerca de Miami Gardens, al noroeste del centro de la ciudad costera.

El local celebraba un evento, y varios organizadores se encontraban en el exterior del recinto cuando un todoterreno se acercó al lugar, según indicó la policía en un comunicado recogido por la agencia de noticias AFP.

“Tres individuos salieron del vehículo y comenzaron a disparar indiscriminadamente contra la multitud”, luego volvieron a subirse al auto y se dieron a la fuga, indicó el comunicado según lo relatado por testigos.

Al llegar al lugar, los servicios de emergencia encontraron dos fallecidos y al menos 25 persona heridas, una de las cuales se encuentra en estado crítico, que debieron ser trasladadas a diferentes hospitales, informó la cadena de noticias estadounidense CNN.

“Creemos que se trata de un acto de violencia armada selectiva”, declaró Alfredo Ramírez, director del departamento de policía del condado de Miami-Dade, posteriormente en conferencia de prensa, citado por la agencia de noticias Europa Press.

“Este es un acto despreciable de violencia armada, un acto cobarde. Son asesinos de sangre fría que dispararon indiscriminadamente contra una multitud y buscaremos justicia”, aseguró.

“Lamentamos la pérdida de las dos víctimas y oramos por la recuperación de las más de 20 personas heridas en El Mula Banquet Hall cerca de Hialeah. Estamos trabajando con las autoridades locales para hacer justicia a los perpetradores. ¡La justicia debe ser rápida y severa!”, tuiteó el gobernador de Florida Ron DeSantis.

“Este tipo de violencia armada tiene que terminar. Todos los fines de semana es lo mismo”, agregó Ramírez.

La violencia con armas de fuego marcó el comienzo del fin de semana del Día de los Caídos en el sur de Florida, cuando decenas de balas se dispararon frente a otra reunión en el área de Wynwood en Miami. En este tiroteo, ocurrido el viernes por la noche, una persona murió y seis resultaron heridas.

El estado de Florida sigue marcado por el tiroteo de 2016 en la discoteca Pulse de Orlando, en el que un hombre armado mató a 49 personas e hirió al menos a otras 68.

Estados Unidos tiene una larga historia de violencia mortal con armas de fuego, con un número constante de tiroteos diarios, así como asesinatos masivos que tuvieron como objetivo escuelas, lugares de trabajo y centros comerciales.

Sin ir más lejos, el miércoles pasado, un trabajador del transporte público mató a tiros a nueve personas en una estación de ferrocarril de California antes de apuntarse con su arma mientras llegaba la policía.

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En un registro realizado esta semana en la casa del tirador -que fue incendiada poco antes del ataque- se encontraron 12 armas, unas 22.000 municiones y presuntos cócteles molotov.

La pandemia de coronavirus supuso una pausa en esta creciente espiral de violencia, pero la reapertura de muchas empresas trajo consigo la vuelta de los tiroteos.

En los últimos meses hubo tiroteos en una instalación de FedEx en Indianápolis, un edificio de oficinas en California, una tienda de comestibles en Colorado y en varios balnearios de Atlanta.

El presidente estadounidense, Joe Biden, calificó el mes pasado la violencia con armas de fuego en su país de “epidemia” y “vergüenza internacional”.

El año pasado se produjeron más de 43.000 muertes relacionadas con las armas en Estados Unidos, incluidos los suicidios, según el Gun Violence Archive.