Las autoridades danesas y responsables del gasoducto Nord Stream 2, uno de los dos dañados esta semana por un presunto sabotaje del que se acusan mutuamente Rusia y las potencias occidentales, dieron este sábado por terminada las dos fugas submarinas detectadas en el mar Báltico.

Un portavoz de la firma que opera el ducto también indicó que ya no hay escapes bajo el mar Báltico, aunque lo atribuyó a un equilibrio entre la presión del gas y la del agua.

«La presión del agua cerró más o menos el gasoducto de manera que el gas que está dentro no puede salir», dijo el vocero Ulrich Lissek a la agencia de noticias AFP.

«La conclusión es que todavía hay gas en el gasoducto», añadió.

Lissek dijo que no es posible evaluar la cantidad de gas que hay en el ducto. «Esa es la pregunta del millón», aseguró.

La información sobre la fuga del gasoducto Nord Stream 1, bastante más importante, todavía no está disponible.

Los gasoductos Nord Stream 1 y 2, que conectan Rusia con Alemania, están en el centro de tensiones geopolíticas desde que ese país cortó el suministro de gas a Europa, en una supuesta represalia contra las sanciones occidentales tras la invasión a Ucrania.

Aunque los gasoductos no están actualmente en funcionamiento, ambos contenían gas antes de ser objeto de un aparente sabotaje que produjo cuatro fugas.

Un informe danés-sueco publicado este último viernes concluyó que las fugas fueron causadas por explosiones submarinas correspondientes a cientos de kilogramos de explosivos.