El gobierno anunció hoy un aumento del 11,6 % en el salario mínimo de los trabajadores del país a partir del próximo 1 de enero. Con esa subida, incluida en un decreto firmado por la presidenta Rousseff, el ingreso mínimo llegará en Brasil a 880 reales, que equivalen a 228 dólares según el cambio de hoy.
«El gobierno da continuidad así a su política de valorización del salario mínimo, que tiene un impacto directo sobre 40 millones de trabajadores y jubilados, que actualmente reciben el piso salarial», dice la breve nota en la que se anuncia el aumento.

De esta manera se compensa la inflación acumulada durante este año, que según coinciden analistas privados y el Banco Central cerrará en casi un 11 %.
Según la nota, el decreto será publicado mañana, miércoles, en el Diario Oficial y el nuevo valor del salario mínimo entrará en vigor el día 1 de enero.

El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, afirmó hoy que, al anunciar el próximo pago de las deudas del gobierno con la banca pública, la presidenta Dilma Rousseff ha «admitido el error» que justificó el inicio del proceso con vistas a su posible destitución, al tiempo que la jefa de Estado anunció hoy un aumento del 11,6 % en el salario mínimo de los trabajadores a partir del próximo 1 de enero.

«Al anunciar que pagará las deudas con los bancos públicos, el gobierno admite su error» y eso «no cambia en nada el proceso» que la cámara baja ha iniciado contra Rousseff, declaró Cunha en rueda de prensa.
Ayer el gobierno anunció su decisión de pagar los 57.000 millones de reales (unos 14.763 millones de dólares) que ha acumulado en deudas con la banca pública, que, según sostiene la oposición, fueron contraídas en forma irregular y en clara violación de las leyes que rigen los presupuestos oficiales.

El secretario interino del Tesoro Nacional, Otávio Ladeira, dijo que para cancelar esas obligaciones puede ser utilizada parte de las reservas internacionales del país e, incluso, abrir nuevas ofertas de bonos públicos, pese a que ello supondría cambiar unas deudas por otras.
Esos compromisos pendientes llevaron a que el Tribunal de Cuentas reprobase los balances oficiales de 2014 y pusiera en duda los de este año, pues en ambos casos las deudas con los bancos públicos fueron omitidas a fin de maquillar los resultados.

Según ese organismo, las deudas fueron producto de que el gobierno dejó de depositar en la banca pública, usada como agente de pagos, los montos previstos para cubrir los seguros de desempleo o subsidios a las familias más pobres, entre otras obligaciones que los bancos asumieron con sus propios recursos.
«El gobierno está tan nervioso con el proceso (contra Rousseff) que ha decidido pagar esas deudas lo más rápido posible y con eso está reconociendo sus propios errores», declaró Cunha, quien en su condición de presidente de la Cámara de Diputados aceptó el inicio del proceso que puede desplazar a Rousseff del poder.
El trámite comenzó a inicios de este mes, pero la Corte Suprema identificó errores de procedimiento y ordenó que todo el proceso sea reiniciado, lo cual ha quedado pendiente para febrero próximo, cuando concluirá un receso parlamentario que comenzó el pasado día 22.

Cunha, que también es objeto de un juicio político en el Consejo de Ética de la Cámara de Diputados por su participación en la red de corrupción que operó en Petrobras, volvió a descalificar hoy las acusaciones en su contra. Según Cunha, la investigación de la cual es objeto en la Corte Suprema no es más que una «pieza teatral» que será «desmontada» por su defensa a medida que avance el proceso.

Foto: Ruy Baron.