La dirigente opositora bielorrusa Maria Kolesnikova fue detenida este lunes en el centro de Minsk, la capital del país, en medio de la tensa crisis que vive el país desde las recientes elecciones presidenciales sospechadas de fraude, según informó el diario económico Bdg Delovaya Gazeta y el digital Tut.

Testigos citados por esos medios aseguraron que la activista fue capturada por individuos no identificados cuando se encontraba caminando cerca del Museo de Arte Nacional e introducida en un minibús de color azul oscuro que tenía escrita la palabra «Comunicación».

Maxim Znak, miembro del Consejo de Coordinación de la oposición (CC), dijo que se enteró del hecho por parte del portavoz del Comité de Coordinación, según reprodujo la agencia de noticias Europa Press.

En tanto, el servicio de prensa del CC informó que no se puede comunicar con tres de sus miembros: la que ocupa la mesa directiva del consejo, Maria Kolesnikova; el portavoz del ente, Anton Rodnenkov, y el secretario ejecutivo del CC, Ivan Kravtsov.

El Ministerio del Interior de Bielorrusia y el Comité de Control Estatal y la policía comentaron que no cuentan con información al respecto.

La líder de la oposición bielorrusa y excandidata presidencial Svetlana Tijanovskaya cree que las autoridades de Bielorrusia secuestraron a los tres miembros del CC para intimidar a los opositores, aunque no lo admiten, informó la agencia de noticias rusa Sputnik.

«Los secuestros son un intento de socavar el trabajo del CC e intimidar a sus miembros, las autoridades se equivocan si creen que esto nos detendrá», declaró Tijanovskaya en un comunicado publicado en su canal de Telegram, en el que agregó que la oposición seguirá luchando para lograr «la liberación de todos los presos y la celebración de unas nuevas presidenciales justas».

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«Cuanto más intimiden, más gente saldrá a la calle», afirmó.

Bielorrusia está inmersa en una grave crisis desde la proclamación del resultado de las elecciones de agosto, consideradas fraudulentas por la oposición y que llevaron a las mayores manifestaciones de la historia reciente del país.

En las últimas semanas, el Gobierno de Alexandr Lukanshenko, apoyado por Rusia, intensificó la represión de las protestas con detenciones de decenas de manifestantes y también de periodistas y opositores.

El pasado domingo, miles de personas salieron a las calles de Minsk y otras ciudades para reclamar por el presunto fraude.

Las protestas se vienen sucediendo desde los controvertidos comicios del 9 de agosto, en los que Lukashenko, en el poder desde 1994, se impuso con más del 80% de los votos, lo que fue rechazado por la oposición, cuya principal candidata, Svetlana Tijanovskaya, se exilió en Lituania para evitar ser detenida.

El CC, promovido por Tijanovskaya, organizó su primera reunión el 19 de agosto, en la cual aprobó una resolución que reitera que el organismo está centrado en encontrar una vía para resolver la crisis política en el país mediante negociaciones que deben comenzar de manera inmediata.

Según el escrutinio oficial, Lukashenko obtuvo el 80,1% de los votos, seguido de Tijanovskaya con el 10,12%. Los otros tres candidatos opositores reunieron juntos poco más del 4%.

La oposición denunció numerosas irregularidades electorales y por ello exige nuevas elecciones, opción que Lukashenko descartó en términos contundentes.

Tijanovskaya, la principal dirigente opositora, pidió el viernes pasado a Naciones Unidas enviar una misión de observación internacional a su país.