Fuerzas de seguridad sudanesas detuvieron a tres conocidos dirigentes prodemocracia, informaron hoy parientes y otros activistas, en medio de una creciente presión interna y externa para que el Ejército dé marcha atrás con el reciente golpe de Estado.

La noticia de los arrestos de este martes por la noche coincide con un tercer día seguido de protestas en Jartum y otras ciudades contra el golpe del lunes pasado, y con el cierre de muchos negocios en la capital tras un llamado a la huelga general y la desobediencia civil.

Las fuerzas de seguridad también continuaron con la represión, y este martes al anochecer persiguieron a los manifestantes en varios barrios de Jartum, dijeron activistas por redes sociales, y agregaron que algunos fueron baleados y heridos.

El golpe amenaza con frustrar la difícil transición del país africano hacia la democracia, que comenzó en 2019 con el derrocamiento del presidente Omar al-Bashir y su gobierno de tendencia islamista en una rebelión popular.

La toma del poder ocurrió, además, tras semanas de tensiones entre los líderes militares y civiles por la marcha de la transición.

En rechazo al golpe, el Banco Mundial (BM) anunció hoy que suspendió su ayuda a Sudán.

«El Grupo del Banco Mundial suspendió el lunes los desembolsos de todas sus operaciones en Sudán y dejó de tramitar cualquier nueva operación mientras seguimos de cerca y evaluamos la situación», dijo el presidente de la institución, David Malpass.

«Estoy muy preocupado por los recientes acontecimientos en Sudán, y temo el dramático impacto que esto puede tener en la recuperación y el desarrollo social y económico del país», dijo Malpass, que recientemente visitó Jartum para reunirse con las autoridades del país.

En la misma línea, la Unión Africana (UA) suspendió este miércoles a Sudán, una esperada medida que el organismo panafricano toma luego de los golpes de Estado en el continente.

El Consejo de Paz y Seguridad de la UA anunció la decisión por Twitter y dijo que regirá «hasta la restauración efectiva de la Autoridad de Transición liderada por civiles».

En un comunicado emitido en su sede de Nairobi, Kenia, la UA tachó el golpe de «inaceptable» y afirmó que constituye una «afrenta a los valores compartidos y a las normas democráticas de la UA».

El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas, dijo anoche que el golpe fue un «evento catastrófico» y advirtió de «consecuencias severas» para Sudán, que buscaba reintegrarse a la comunidad internacional tras su aislamiento durante los 30 años de gobierno de Al-Bashir.

Luego de una extensa condena internacional, el Ejército trasladó este martes por la noche al depuesto primer ministro Abdalla Hamdok y a su esposa de regreso a su casa.

Hamdok, un ex economista de la ONU, fue detenido junto a otros funcionarios el mismo día que las Fuerzas Armadas se hicieron con el poder.

Embajadas de varios países occidentales dijeron hoy que continuaban reconociendo a Hamdok y su gabinete como «los líderes constitucionales del gobierno de transición» de Sudán.

En un comunicado conjunto, las embajadas de la Unión Europea (UE), Estados Unidos, Reino Unido, Francia y varios otros países europeos pidieron la liberación de todos los funcionarios detenidos y el comienzo de conversaciones entre el Ejército y el movimiento prodemocracia.

El jefe de las FFAA y líder del golpe, general Abdel-Fattah Burhan, prometió esta semana celebrar elecciones, como estaba previsto, en julio de 2023, y nombrar un gobierno de tecnócratas hasta entonces.

Pero los críticos dudan de que las FFAA quieran ceder el control, y destacan que el golpe llegó semanas antes de la prevista transferencia a los civiles del liderazgo del máximo órgano de la transición, el Consejo Soberano.

El consejo está integrado por militares y civiles pero encabezado por Burhan.

Hamdok, por su parte, es el líder del Gobierno de transición, que se encarga del manejo del día a día del país.

Los activistas detenidos anoche son Ismail al-Taj, de la Asociación de Profesionales Sudaneses, un grupo de sindicatos que lideró las protestas contra Al-Bashir; Sediq al-Sadiq al-Mahdi, de uno de los partidos más grandes de Sudán, Umma, y hermano de la canciller y líder del partido Mariam al-Mahdi; y Khalid al-Silaik, un exasesor del primer ministro, dijeron sus parientes o activistas, informó la cadena BBC.

Los tres han sido abiertos críticos del golpe y han llamado a protestar contra las FFAA.

Decenas de miles de sudaneses han salido a las calles, y para el sábado está convocada una masiva marcha.

Fuerzas de seguridad reprimieron a los tiros algunas de las protestas y mataron al menos a cuatro personas el mismo día del golpe, informaron activistas.

Otras 140 resultaron heridas hasta ahora.

Al-Silaik fue detenido poco después de dar una entrevista al canal de TV árabe Al Jazeera, dijo su esposa, Marwa Kamel.

“Lo que hizo el general Burhan es un golpe de Estado…la gente responderá», advirtió en la entrevista.

El lunes, Burhan disolvió el Consejo Soberano y el Gobierno de transición y decretó el estado de sitio.

Dijo que el golpe se hizo necesario por las continuas peleas entre los distintos sectores políticos y para evitar una guerra civil.