Al menos 54 policías y 22 civiles fueron detenidos hoy acusados de formar parte de una red de narcotráfico y corrupción en Rìo de Janeiro, en la operación más grande de la historia sobre los asuntos internos de la fuerza policial.

«Son las naranjas podridas de Río», dijo el comisario Fabio Barucke, jefe de la División Homicidios de Niteroi y Sao Gonçalo, en el Gran Río de Janeiro.

En total, la justicia emitió 96 mandatos de prisión para policías que actuaban combatiendo a los narcotraficantes en las favelas de los suburbios de Río.

El modus operandi de estos policías consistía en la confiscación de armas a una banda de narcotraficantes para luego vendérselas a otras organizaciones que dominan la venta de cocaína.

La investigación fue realizada por la fiscalía antimafia (GAECO) y la Policía Civil (investigaciones),

«Hemos llegado a esta investigación gracias a la delación de varios policías. Hay otros que están negociando delatar para reunir más detalles. Estos malos policías le daban cobertura a los narcos», dijo el comisario Barucke.

El secretario de Seguridad de Río de Janeiro, Roberto Sá, destacó el hecho de que la policía «corte en la propia carne».

En Sao Gonçalo, la investigación determinó que había policías que secuestraban a los narcos de las favelas y pedían hasta 4 mil dólares para liberarlos en forma instantánea.

En total, la corrupción de un centenar de policías en esta región obligaba a los narcos a pagarles unos 100.000 dólares semanales para dejarlos vender drogas y cometer ilícitos en las calles.