La defensa del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva presentó esta madrugada un pedido de habeas corpus para intentar una última chance de que el líder opositor no sea detenido por el juez Sérgio Moro, que le dio plazo hasta las 17 de hoy para entregarse a cumplir la condena de 12 años y un mes de prisión por corrupción.

Los abogados hicieron la presentación ante el Supremo Tribunal de Justicia, máxima corte penal, con el argumento de que el pedido de prisión fue emitido sin que la cámara de apelaciones de Porto Alegre cumpliera con los ritos del proceso.

Existe un recurso de queja con el cual Lula ganaría tiempo hasta el martes, pero de todos modos el Tribunal de Porto Alegre liberó al juez Sérgio Moro para detener al ex presidente.
Moro lo hizo en tiempo récord: en 40 minutos firmó la orden de prisión y pidió a la policía federal no usar esposas al arrestarlo.

La defensa de Lula explicó que «la orden de captura llegó antes de que se terminen los trámites y recursos ante el tribunal», en virtud de que en el fallo del tribunal del 24 de enero último, los tres magistrados determinaron que la prisión solo podría ocurrir después de agotada toda la tramitación en segunda instancia.

Al emitir la orden de prisión, Moro afirma que estos recursos que tiene Lula son parte de una «patología» destinada a dilatar el proceso.

Lula, dos veces presidente entre 2003 y 2010, tiene plazo hasta las 17 para presentarse ante la Policía Federal de Curitiba, ciudad en la que deberá cumplir su condena, pero el fundador del Partido de los Trabajadores no dio pistas aún sobre si se entregará.

Miles de manifestantes se reunieron para defender a Lula

Miles de personas se concentraron ayer frente al Sindicato de Metalúrgicos en Sao Bernardo do Campo para respaldar al expresidente brasileño Luiz Inácio da Silva, quien recibió una orden de detención por parte del juez Sérgio Moro para cumplir una pena de 12 años y un mes, por corrupción en la Operación Lava Jato.

«Lula, guerrero, del pueblo brasileño», cantaban los manifestantes cuando el líder del PT salió por la ventana a saludar a la multitud.

El exmandatario fue aconsejado por varios dirigentes, como el senador Lindbergh Farias, a no entregarse a la Policía Federal y sí esperar en el sindicato, su cuna política, la llegada de los agentes mañana a las 17, cuando vence el plazo que le otorgó el juez Moro.

En la puerta del sindicato fue montado un escenario donde varios dirigentes hacen discursos.

El precandidato presidencial por el Partido Socialismo y Libertad y amigo personal de Lula, Guilherme Boulos, líder del Movimiento de Trabajadores Sin Techo, afirmó que «la izquierda tiene diferencias pero cuando se trata de luchar contra la injusticia esas diferencias desaparecen».

Dijo Boulos que «el país entero vio pruebas de corrupción del presidente (Michel) Temer, contra (el senador) Aecio Neves y contra Lula no hay pruebas, apenas injusticia».
Manifestaciones a favor de Lula se registraban en la Explanada de los Ministerios, en Brasilia, en Río de Janeiro, Recife, Fortaleza, Natal, Belo Horizonte y Porto Alegre.

El juez Moro ordenó detener a Lula