Los presidentes de Estados Unidos y Rusia, Joe Biden y Vladimir Putin, celebrarán este miércoles en Ginebra, Suiza, su muy anticipada primera cumbre, con las relaciones bilaterales en su punto más bajo en medio de múltiples acusaciones y desacuerdos.

El esperado encuentro en Suiza llega luego de que Biden, en su primera gira internacional como presidente, participara esta semana de una cumbre del G7 y otra de la OTAN en la que pudo escuchar a sus aliados de Europa antes de sentarse con Putin.

Las conversaciones están precedidas por meses de declaraciones cruzadas entre ambos presidentes, muchas de ellas de un cariz personal, más que institucional.

En una entrevista en marzo, Biden dijo que estaba de acuerdo con la caracterización de Putin como un «asesino», tras lo cual Rusia llamó a consultas a su embajador y Putin respondió que Biden se describía a sí mismo, antes de desearle «buena salud».

El mandatario ruso desafió luego al estadounidense a celebrar un debate público y, cuando Biden propuso la cumbre días después, el Kremlin presentó la oferta como un intento de la Casa Blanca de reparar el daño generado por el comentario.

Las expectativas de resultados tangibles de la reunión son bajas, aunque hay esperanzas de que permita un mejor entendimiento entre dos de las mayores potencias que quite un factor extra de inestabilidad mientras el mundo busca recuperarse del coronavirus.

La previa 

El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo el viernes en una entrevista con NBC News que las relaciones Rusia-EE. UU. están en su punto más bajo en años.

«Tenemos una relación bilateral que se ha deteriorado hasta su punto más bajo en los últimos años», dijo Putin en la entrevista.

Sin embargo, Putin también señaló que puede trabajar con el presidente estadounidense, Joe Biden, según NBC News. Negó una historia de The Washington Post que afirma que Rusia se está preparando para suministrar a Irán un satélite avanzado que permitiría a Teherán rastrear objetivos militares en la región.

«Son solo noticias falsas», dijo Putin. «Al menos, yo no sé nada sobre este tipo de cosas. Los que están hablando de eso probablemente sepan más. Es una tontería, basura».

Las relaciones entre Washington y Moscú han sido antagónicas en los últimos años. Las dos partes tienen diferencias obvias en cuestiones relacionadas con Ucrania, la ciberseguridad, los derechos humanos y la interferencia en las elecciones estadounidenses.

En sus comentarios realizados el miércoles a las tropas estadounidenses y sus familias en la base de la Royal Air Force Mildenhall en Reino Unido, Biden dijo que Estados Unidos quiere una relación estable y predecible con Rusia.

«Pero he sido claro: Estados Unidos responderá de manera sólida y significativa si el Gobierno ruso se involucra en actividades perjudiciales», advirtió.

Ginebra blindada

Incluso en una ciudad como la suiza Ginebra, acostumbrada a los eventos diplomáticos, la cumbre entre los presidentes de Estados Unidos y Rusia supone un evento de magnitud, rodeado de un despliegue de fuerza titánico para garantizar su seguridad.

Unos 4.000 policías, militares y otros agentes de seguridad se movilizaron para asegurar que no haya contratiempos que empañen la cumbre entre el estadounidense Joe Biden y el ruso Vladimir Putin en la Villa La Grange, con vista al lago de Ginebra.

Desde hace más de una semana, la villa y el adyacente parque, donde los mandatarios se verán durante unas horas por la mañana, están rodeados desde hace días por unas barreras metálicas rematadas por alambres.

Todo el barrio y sus alrededores fueron cerrados, y los barcos fondeados en el lago de Ginebra deben zarpar o corren el riesgo de encontrarse frente a frente con lanchas armadas.

Además, tropas suizas fueron apostadas ante las representaciones rusa y estadounidense, separadas por apenas unos cientos de metros, para apoyar a la policía diplomática de Ginebra, encargada de la protección exterior de numerosas embajadas.