Una periodista falleció anoche en Irlanda del Norte por heridas de bala durante disturbios ocurridos en la localidad de Londonderry, cerca de la frontera con Irlanda, en un hecho que la policía investiga como «terrorismo», vinculado al Nuevo IRA, una escisión de la antiguo grupo independentista contrario a los Acuerdos de Paz del Viernes Santo de 1998 que pusieron fin a la violencia en el Ulster.

Lyra McKee, de 29 años, falleció en medio de una noche de enfrentamientos con la policía en el área de Creggan de esa localidad, en la que también se produjeron lanzamientos de bombas molotov contra vehículos policiales, tras una serie de allanamientos en la zona.

Los enfrentamientos se produjeron a raíz de los allanamientos policiales realizados en varias viviendas ante la certeza -señaló el comisario adjunto de la policía norirlandesa, Mark Hamilton-, de que «la disidencia republicana está planeando ataques en la ciudad».

El objetivo de los allanamientos, apoyados en informaciones de los servicios de inteligencia, era incautar armas y municiones, explicó el jefe policial.

La policía de Irlanda del Norte ya abrió una investigación por asesinato y apuntó a disidentes republicanos como posibles autores de la muerte de la reportera.

Las autoridades imputan al Nuevo IRA la explosión de un coche bomba frente a los juzgados de esta localidad a principios de año en la que no hubo heridos y teme que aumente sus actividades de cara al aniversario del Levantamiento de Pascua, en el que los republicanos conmemoran la revuelta irlandesa de 1916 contra el poder británico que plantó las semillas de la independencia de los condados del sur.

La ministra para Irlanda del Norte, Kaen Bradley, se mostró hoy «profundamente en ‘shock’ y entristecida» por los acontecimientos.

«Aquellos responsables de la violencia de anoche no tienen nada que ofrecerle a nadie en Irlanda del Norte. Sus acciones intolerables son rechazadas por una mayoría abrumadora de personas que quieren construir un futuro pacífico y más próspero para todos en Irlanda del Norte», remarcó.

La líder del partido unionista norirlandés DUP, Arlene Foster, en tanto, condenó los hechos y calificó el ataque como un «acto insensato y descorazonador» mientras el partido nacionalista irlandés Sinn Féin rechazó «sin reservas» lo ocurrido, y calificó la muerte de la mujer como «un ataque contra toda la comunidad, contra el proceso de paz y contra el acuerdo del Viernes Santo», firmado en 1998 para poner fin al conflicto de Irlanda del Norte por los Gobiernos británico e irlandés.

También la Comisión Europea (CE) condenó el hecho y confió en que las autoridades aclaren las circunstancias en las que se produjo este «trágico evento».

Pocas horas después de los hechos, el subinspector de la Policía Stephen Martin, dijo que esa fuerza trabaja sobre la hipótesis de que «hubo más de una persona» involucrada y que se trató de un «complot orquestado».

«Sin duda, creemos que hubo más de una persona implicada en esto anoche. Obviamente, solo una persona apretó el gatillo, pero hubo más de una», afirmó el agente, al admitir que aún es «demasiado pronto» en el transcurso de la investigación abierta para poder confirmar las edades de los sospechosos.

McKee, que en 2016 fue incluida dentro de la lista de 30 periodistas menores de 30 años elegidos por la revista Forbes, trabajaba actualmente como editora para el portal de noticias con sede en California Mediagazer.

El representante de la OSCE para la libertad de prensa, el francés Harlem Désir, condenó el asesinato y espera que se detenga de forma rápida a los autores.