Por Nabih Yussef*

[VALENCIA] En medio de la oscuridad de la noche en el mar Mediterráneo, voluntarios de la organización SOS Mediterranée y Médicos Sin Fronteras (MSF) rescataron a por lo menos 650 personas de una muerte segura. Son miles las barcazas precarias y repletas de inmigrantes que zarpan desde el norte de África con el objetivo de tocar suelo europeo. De esta manera, buscan escapar del hambre y de la persecución étnica, sexual y política a la que son sometidas familias enteras.

Rescatadas las personas y puestas en seguridad en el barco Aquarius, se solicitó arribar a puerto seguro en el punto cercano de las costas inmediatas al hecho. Sin embargo, el nuevo gobierno italiano, abiertamente xenófobo, desoyó el pedido de auxilio y comunicó que no recibirían a las familias en peligro de vida. La Marina italiana y la Guardia Costera, fueron las encargadas de incorporar a los inmigrantes en el barco de la ONG y se les pidió dar la vuelta.

En el marco de la crisis humanitaria en el Mediterráneo, la Unión Europea instó sin suerte a Italia a cumplir sus obligaciones en el marco del derecho internacional del mar y los tratados multilaterales asumidos por Roma. Sin embargo, el superministro Matteo Salvini, quería con esto mandar un mensaje claro: Italia no aceptará a ningún inmigrante más.

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Los pasajeros rescatados deberán pasar por un minucioso examen del gobierno español para poder determinar caso por caso si existe peligro de muerte en caso de que sean deportados a sus países. Los 123 menores que se encuentran solos en el barco serán protegidos por el sistema español y se les ofrecerá acogida directa.

Sin embargo no ha quedado claro de qué manera se procederá a analizar los casos de cada familia ni en qué otras ciudades serán relocalizados. Por parte del gobierno valenciano, se sugirió que todos tendrían condición de asilado, no obstante, esto fue elegantemente desmentido por la vicepresidente española Carmen Calvo en una rueda de prensa en la que estuvo presente Conclusión.

La negativa de Italia en abierto desafío a las instituciones europeas y los tratados de DDHH, ha recogido innumerables críticas desde las ONGs, Naciones Unidas, y la Comisión Europea. El presidente francés Emmanuel Macron ha sostenido una comunicación con el presidente español para abrir un canal de cooperación y hacer frente a la crisis migratoria por la que atraviesa la región. El accionar de Francia busca demostrar que existe diálogo político en una Europa donde abundan los sordos.

 

*Nabih Yussef es licenciado en Relaciones Internacionales y Director del Consejo de Estudios Interdisciplinarios Económicos y Políticos www.CEIEP.org.