El clima de desaceleración va copando los análisis económicos globales y esos tópicos ya no se limitan a dudas en voz alta entre magnates y empresarios o ensayos de analistas, sino que traspasan a la esfera pública.
Así se comprueba acorde a lo que dejaron trascender quienes orbitaron la más reciente reunión de banqueros centrales del mundo en Washington, y así lo exponen las cifras públicas de la evolución económica en 2019 de distintos países que pueden servir claramente como ejemplo gráfico del momento actual de incertidumbre ante la posibilidad de un nuevo sacudón en las finanzas internacionales.
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Atribuido a distintos factores (desde las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, pasando por los internos, hasta esquirlas de la crisis de 2008 «no bien galvanizadas») economías como la de Alemania, el Reino Unido o México, entre las más grandes del planeta, muestran signos en algunos casos recesivos y en otros de estancamiento que alarman a propios y ajenos.
Se habla de recesión, en términos formales, cuando se concatenan dos trimestres de decrecimiento económico en continuo, algo que puede resultar familiar en Argentina, donde la economía pasó en recesión más de un año.
Según cifras del Bundesbank (el Banco Central alemán) si se confirman cifras preliminares, Alemanía podría haber ingresado en recesión técnica en el tercer trimestre de 2019, una leve contracción que se sumaría al descenso del 0,1 % registrado entre abril y junio.
Como apoyatura de esas estimaciones, también el Instituto de Investigación Económica de Múnich prevé una caída en torno al 0,1 % en el tercer trimestre. Por otra parte, según un análisis del Fondo Monetario Internacional (FMI), el país germano acumula apenas 0,5 % de crecimiento al tercer trimestre de 2019.
Por el lado del empleo, datos publicados por la Agencia Federal de Empleo indican que Alemania perdió alrededor de 6.000 puestos de trabajo, que según algunos análisis corresponden preponderantemente a la industria automotriz.
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En el Reino Unido hoy por hoy la incertidumbre, ante los frustrados intentos de acordar el modo en que se separará de la Unión Europea (Brexit), traspasa lo meramente económico.
No obstante, la economía británica tuvo un ligero crecimiento del PIB en el primer trimestre, con 0,5 %, a lo que siguió una retracción del 0,2 % en el segundo trimestre y otro repunte de 0,4 % en el tercer trimestre, según guarismos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS).
Ese comportamiento osclinate, si bien ha evitado la caída en recesión, alarman sobre todo ante la posibilidad de una desestabilzación de otras variables macroeconómicas derivadas de una salida intempestiva (o no) del mercado común continental.
México, por su parte, si bien técnicamente no ha caído en recesión (su PIB tuvo una variación de 0,0 % del PIB en el segundo trimestre de 2019 impidió que se sumaran dos períodos consecutivos con cifras negativas), está ante un claro escenario de estancamiento económico, ya que en lo que va del 2019 registra 0% de «crecimiento», acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística.
México sin duda ha sufrido también los vaivenes de su vecino del Norte y su política importadora y arancelaria mucho más proteccionista que la aplicada por sus antecesores.
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La advertencia por una crisis global ya resuenan a viva voz. La última en advertirlo fue la nueva directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, quien advirtió algunos días atrás por una desaceleración económica este año «en el 90 % de los países del mundo», durante su primer discurso al frente de la organización multilateral. según informaron las agencias EFE y Bloomberg.
«En 2019, esperamos un crecimiento más lento en casi el 90 por ciento del mundo. La economía global se encuentra ahora en una desaceleración sincronizada», dijo Georgieva en la sede central del FMI, en Washington, en el marco de las jornadas previas a la Asamblea Anual del organismo.
La economista búlgara, que sucede en el cargo a Christine Lagarde, que será la presidenta del Banco Central Europeo, explicó que esta desaceleración generalizada «significa que el crecimiento de este año caerá a su ritmo más bajo desde el comienzo de la década».
«Los números reflejan una situación compleja», consideró.
