La máxima Corte de Brasil resolvió hoy postergar sin fecha la resolución jurídica sobre la asunción del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva como jefe de gabinete de ministros de Dilma Rousseff, decisión que complica más la articulación política del gobierno frente al juicio político en su contra que comenzará a ser tratado en el Senado el próximo lunes.

El ex-presidente (2003-2010) debía incorporarse al gobierno de Rousseff armado de su carisma y su talento negociador para evitar que la cámara de Diputados aprobara la destitución de su heredera política, ganando al mismo tiempo protección ante la justicia ordinaria.

Su nominación fue paralizada por decisión de un juez del STF, que vio un posible subterfugio para entorpecer la investigación, pero la decisión del STF, muchas veces postergada sin razón, llegará aparentemente muy tarde para el gobierno de Dilma Rousseff que pende de un hilo ante el Senado.

De aquí a mediados de mayo el Senado debe votar por mayoría simple si acoge la acusación contra Rousseff por maquillaje de las cuentas públicas y apartarla del poder por un máximo de seis meses antes de su decisión final.

Su ex aliado y ahora rival, el vicepresidente Michel Temer, asumirá el poder inmediatamente y ya realiza consultas para formar un gobierno.