Por Giles HEWITT

El dirigente norcoreano Kim Jong-un afirmó que su país está preparado para atacar las bases norteamericanas del Pacífico después de los ensayos de un nuevo misil, mientras que el Consejo de Seguridad de la ONU decidía a puerta cerrada su respuesta.

Kim, que supervisó personalmente el miércoles el ensayo exitoso de dos misiles, presentó estas pruebas como un «gran acontecimiento» que refuerza la capacidad de ataque nuclear preventiva de su país, según la agencia de prensa norcoreana KCNA.

Corea del Norte tiró el miércoles dos misiles Musudan de medio alcance (de 2.500 km a 4.000 km) que, teóricamente, amenazan a Corea del Sur, Japón y las bases estadounidenses de la isla de Guam.

«Tenemos la capacidad certera de atacar de manera global y concreta a los estadounidenses en el teatro de operaciones del Pacífico», afirmó Kim, citado por la agencia norcoreana.

La versión coreana de esta información añade que Kim calificó a los estadounidenses de «bastardos».

Después de cuatro intentos infructuosos este año, los Musudan lanzados el miércoles parecen haber alcanzado distancias mucho más importantes, llegando incluso a una altitud superior a los 1.400 km.

Firmeza del Consejo de Seguridad

Estas pruebas fueron condenadas por las capitales extranjeras y, a petición de Washington y Tokio, los embajadores de los 15 países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU realizaron consultas a puerta cerrada.

El embajador adjunto de Francia ante la ONU, Alexi Lamek, cuyo país preside actualmente el Consejo, constató el miércoles «una gran convergencia de opiniones» entre sus miembros.

De manera unánime, estimaron que estos lanzamientos eran una «violación de todas las resoluciones», dijo tras las consultas. En los próximos días podría adoptarse, según él, una declaración formal que «debería retomar este mensaje de firmeza».

Varias resoluciones de la ONU prohíben a Corea del Norte el uso de tecnología balística.

Los expertos señalaron que los últimos ensayos constituían para Pyongyang un importante paso hacia adelante en sus esfuerzos para desarrollar un misil intercontinental (ICBM) capaz de alcanzar el territorio del gran enemigo norteamericano, del otro lado del Pacífico.

Corea del Norte nunca probó el ICBM, pero presentó hace poco un ejemplar de este tipo de misil, el KN-08, durante los desfiles en Pyongyang.

Las sanciones más fuertes

El ambiente empeoró considerablemente en la península desde el cuarto ensayo nuclear de Corea del Norte el 6 de enero, seguido el 7 de febrero por el lanzamiento de un cohete, considerado como una prueba disfrazada de misil de largo alcance.

El Consejo de Seguridad adoptó entonces las sanciones más fuertes hasta ahora infligidas a Pyongyang.

Unas nuevas sanciones implicarían el acuerdo de Pekín, tradicionalmente el aliado más próximo a Pyongyang.

El miércoles, China advirtió acerca de «cualquier acción que pueda acabar en una escalada de las tensiones», y pidió la reanudación del diálogo sobre el programa nuclear norcoreano.

Una posibilidad descartada por Choe Son-Hui, directora general adjunta de la oficina de asuntos norteamericanos del ministerio de Relaciones Exteriores norcoreano, de visita en Pekín. «Por el momento no tenemos intención de participar en negociaciones», declaró.

Por su parte, el jefe del Pentágono, Ashton Carter, consideró que los ensayos norcoreanos demostraban que Estados Unidos necesita afianzar sus sistemas de defensa antimisiles.

«Tenemos que seguir anticipando la amenaza», aseguró.

Washington y Seúl discuten actualmente de un posible despliegue en Corea del Sur del escudo antimisiles norteamericano THADD (Theater High Altitude Area Defense System), que provoca el nerviosismo de China.