Más de 225 movimientos sindicales, culturales, organizaciones de base, activistas y militantes progresistas participan desde este miércoles en la Cumbre de los Pueblos que se celebra en Los Ángeles (California), donde también se llevará a cabo la Cumbre de las Américas que encabeza el presidente de EE.UU., Joe Biden, y que quedó marcada por la controversia internacional que desató su decisión de excluir a Cuba, Nicaragua y Venezuela.

En marzo pasado, cuando lanzaron la convocatoria, los organizadores denunciaron que el Gobierno de EE.UU., el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti; y el gobernador de California, Gavin Newson, utilizarían la IX Cumbre de las Américas para mostrar a esta ciudad como ejemplo de prosperidad económica, seguridad, derechos humanos y dignidad.

«Sin embargo, la historia de intervenciones financieras y militares de EE.UU. en América Latina y el Caribe, así como su negligencia sistemática y opresión de las comunidades de la clase trabajadora de color aquí en EE.UU. no ha ejemplificado estos principios», denunciaron.

Manolo De Los Santos, uno de los organizadores, explicó que la importancia de la Cumbre de los Pueblos radica en que da voz a millones de personas en el país y en el continente que a menudo son excluidas de los espacios y narrativas oficiales dominantes.

«Queremos crear un espacio que fomente el debate, la discusión y el diálogo entre las diferentes fuerzas de nuestra sociedad que realmente quieren transformarla para mejor», señaló.

Pasado y presente

La primera Cumbre de los Pueblos se realizó en noviembre de 2005 en Mar del Plata, Argentina, de manera simultánea a la IV Cumbre de las Américas. La fecha es emblemática para los movimientos sociales de resistencia, ya que representó una dura derrota para el entonces presidente de EE.UU., George Bush, quien viajó con el objetivo de lograr la aprobación del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) que ese país llevaba años promoviendo.

Sin embargo, en la Cumbre se topó con la alianza que formaron los presidentes de Argentina, Néstor Kirchner; Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; y Venezuela, Hugo Chávez, para echar abajo el pacto comercial. «ALCA, ALCA, alcarajo», fue el lema que impuso el venezolano, quien, además, se sumó a las actividades paralelas de la Cumbre de los Pueblos.

Desde entonces, en cada Cumbre de las Américas se organiza un encuentro ciudadano que construye una agenda alternativa a los temas que abordarán los mandatarios en su propio y exclusivo espacio.

En este caso, organizaciones estadounidenses como Answer Coalition, Codepink, Poor People’s Campaign en California, Comité Internacional de Socialistas Democráticos de EE.UU. y National Lawyers Guild fueron algunas de las principales promotoras de la Cumbre de los Pueblos, en la que participarán colectivos populares latinoamericanos como el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil y el Comité de Unidad Campesina de Guatemala.

También estarán presentes renombrados activistas, intelectuales y artistas como Melina Abdullah, de Black Lives Matter; Oscar López, independentista puertorriqueño y ex preso político; Bertha Zúñiga, líder indígena de Honduras; Vijay Prashad, historiador y periodista indio; y Ofelia Fernández, diputada argentina, entre otros.

La Cumbre de los Pueblos no ha sido bien recibida por las autoridades de los Ángeles. Los organizadores ya denunciaron que la Policía local se ha negado a otorgarles el permiso para concretar la marcha con la que el próximo viernes cerrarán el encuentro, lo que consideran como una denegación ilegal de los derechos constitucionales de quienes participan en una actividad protegida por la primera enmienda.

«La policía de Los Ángeles ha intentado echar la culpa al Servicio Secreto y al Gobierno Federal por el retraso en la concesión del permiso, pero sabemos que se trata de una táctica dilatoria. Esta atroz violación de la libertad de expresión y la infracción de nuestro derecho democrático a la protesta va en contra de los mismos valores que Joe Biden y el Gobierno de EE.UU. dicen defender en la Cumbre de las Américas», aseguraron.

Sin embargo, anticiparon, con o sin permiso van a marchar porque «las calles le pertenecen al pueblo» y harán escuchar su posición en torno a los derechos de los migrantes, las mujeres y los trabajadores; la reconstrucción y protección de las normas democráticas y la seguridad de las familias; y para protestar contra la exclusión unilateral de Cuba, Nicaragua y Venezuela de la Cumbre de las Américas.

«La población pobre y trabajadora, que ha sido la más afectada por la negligencia y la mala gestión de la pandemia del COVID-19 y la crisis económica de los últimos años, ha sido silenciada y dejada de lado, y nuestros temas han quedado fuera de la agenda; (por eso) hemos organizado la Cumbre de los Pueblos por la Democracia como un espacio inclusivo para reunir una diversidad de voces de América», señalaron en un comunicado.

Críticas y agenda

Los organizadores de la Cumbre de los Pueblos denunciaron que no solo fueron excluidos algunos países, sino también millones de pobres y trabajadores de toda América.

 

Tan solo en el caso de Los Ángeles, dijeron, se hizo evidente la «actitud insensible» del Gobierno, ya que en la Cumbre de las Américas se van a gastar 15,7 millones de dólares adicionales en operativos de seguridad, lo que es «una falta de respeto» para los residentes que han protestado incansablemente contra el inflado presupuesto policial de la ciudad tras el levantamiento antirracista de 2020 y en medio de los recortes a servicios sociales.

«Las más de 66.000 personas sin techo en nuestra ciudad y los más de un millón de inmigrantes sin papeles no han recibido soluciones permanentes. En su lugar, estas poblaciones son los principales objetivos de esta fuerza policial violenta y sobre financiada. Estos problemas acuciantes y otros a los que se enfrenta la ciudad, han sido ignorados por la Cumbre», señalaron.

En ese sentido, Stephanie Brito, representante de la Asamblea Popular Internacional, advirtió que EE.UU. «ha perdido su autoridad moral» porque es un país en el que abundan las desigualdades, la falta de vivienda, la supresión de votantes y de derechos básicos de las mujeres, además de la brutalidad policial y el racismo.

Durante los tres días de la Cumbre de los Pueblos, se llevarán a cabo los paneles «¿Democracia para quién? Las consecuencias de las intervenciones de EE.UU. en las Américas», «Solidaridad más allá de las fronteras. Construyendo un internacionalismo popular», «¡Qué viva Cuba! Voces jóvenes contra el bloqueo» y «Personas por encima de las ganancias. La salud como un derecho humano en todo el mundo».

Para incorporar el intenso debate feminista que existe a nivel internacional se realizarán las mesas «Acabar con el patriarcado, la violencia de género y la lucha por la liberación» y «Una conversación con feministas venezolanas, profundizando una revolución mientras está bajo sanciones».

Otros temas que se abordarán son: «Sobrevivir juntos, soberanía alimentaria, justicia climática y el futuro de nuestro planeta», «Imaginando nuestro futuro. El papel de la resistencia cultural en los movimientos sociales», «Economía de los pueblos. Resistiendo la deuda, las sanciones y el robo de recursos», «Trabajadores dirigen el mundo, Organización trasnacional por la justicia laboral» y «¿De quién son las calles? Lucha contra la supremacía blanca, la violencia estatal y la militarización».