El Consejo Constitucional francés validó este viernes la medida que eleva a 64 años la edad jubilatoria, punto principal de la reforma impulsada por el presidente Emmanuel Macron y resistida por los sindicatos, que como respuesta convocaron a una «movilización excepcional» para el 1º de mayo.

La institución garante de la Constitución rechazó además un pedido de la oposición de izquierda de celebrar un referendo para limitar la edad de jubilación a 62 años, mientras censuró algunos puntos menos controvertidos del proyecto sacado por decreto.

La decisión fue recibida con abucheos por unos 3.000 manifestantes congregados en la plaza de la Alcaldía de París. Poco antes corearon: «Constitucional o no, esta ley no la queremos», «Continuaremos hasta su retirada» y «Fuera Macron».

El Constitucional validó el retraso de la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y la exigencia de cotizar 43 años, y no 42, a partir de 2027, para cobrar una pensión completa, pese al constante rechazo desde enero de los sindicatos y de una mayoría de franceses.

Aunque anuló partes de la reforma, como la obligación para las grandes empresas de comunicar cuántos trabajadores de más edad tienen contratados, la validación de los puntos clave de la ley es un triunfo para el Gobierno.

Macron podría promulgar la ley «mañana o pasado mañana» como «suele hacer», indicó la Presidencia francesa, aunque los sindicatos instaron en un comunicado a no hacerlo, como «única manera de calmar la ira expresada en el país». La oposición, tanto de izquierda como de ultraderecha, también se lo pidió.

Del lado de los sindicatos, sus líderes convocaron a una «movilización excepcional» para el 1° de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, y advirtieron que no se reunirán ni con Macron ni con el gobierno antes de esa fecha.

Las centrales son la punta de lanza desde el inicio de las protestas en enero: el 7 de marzo lograron movilizar entre 1,2 y 3,5 millones de personas, según las autoridades y la Confederación General del Trabajo (CGT), respectivamente, pero las marchas son menos concurridas desde entonces.

El líder de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), Laurent Berger, afirmó en una carta publicada en Twitter que «no ha terminado» la lucha contra la reforma y tildó de «inédita» la situación actual.

Tras el dictamen de este viernes, crecieron las manifestaciones que, desde mediados de marzo, se caracterizaron también por acciones puntuales de protesta, entre ellos bloqueos de acceso a ciudades. 

Los denominados nueve «sabios» del Consejo Constitucional son escogidos por los presidentes de Francia y de las dos cámaras del Parlamento y su composición actual es favorable a Macron. Entre ellos se encuentran dos ex primeros ministros, el socialista Laurent Fabius y el conservador gaullista Alain Juppé.

Con esta ley, que según el Gobierno busca evitar un futuro déficit en la caja de las pensiones, el presidente también se juega poder aplicar su programa reformista durante su segundo mandato hasta 2027.

Manifestaciones en Paris

Manifestantes se congregaron frente al Ayuntamiento de París con pancartas que decían «ambiente de ira» y «las huelgas no terminarán hasta que se retire la reforma», en una señal de que es poco probable que el veredicto del Consejo acabe con la ira generalizada contra la reforma impulsada por el presidente Emmanuel Macron.

Algunos contenedores de basura en París decían: «Estamos aquí, estamos aquí, incluso si Macron no quiere, estamos aquí«. «Todos los gremios hacemos un llamado al presidente de la República para sea sensato, escuche y comprenda lo que está pasando en el país y no promulgue esta ley», dijo la dirigente del sindicato CGT Sophie Binet. En una declaración conjunta, los sindicatos dijeron que esta era «la única forma de calmar la ira en el país».