Cataluña inaugura hoy su quinto día de protestas, con la jornada protagonizada por los sindicatos catalanes independentistas Intersindical – CSC y la Intersindical Alternativa de Cataluña (IAC), quienes convocaron a una huelga general a través de un comunicado conjunto. La medida de fuerza coincide con la liberación sin fianza del expresidente catalán Carles Puigdemont, a pesar de la orden dictada por España, que se sucedió esta mañana luego de que el juez belga le tomara declaración.

Las organizaciones que convocan a la huelga manifiestan en el comunicado que las «políticas de austeridad y de gobernanza neoliberal» han conformado una situación de «ataque a los derechos de la clase trabajadora». La medida de fuerza tiene su correlato en las anteriores jornadas de manifestación en la ciudad de Barcelona y demás localidades catalanas.

Los estudiantes barceloneses se manifestaron ayer por la liberación de los dirigentes independentistas y por la renuncia del Gobierno catalán

Las protestas tienen su origen en la reciente sentencia de parte del Tribunal Supremo español hacia los líderes independentistas que llevaron adelante el proceso de separación. La mayoría de ellos deberá cumplir una condena de entre 9 y 13 años de cárcel, de los cuales ya han cumplido 2 en prisión preventiva, bajo los cargos de sedición, malversación y desobediencia. Entre los condenados se encuentra el exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras, la expresidenta del Parlamento catalán Carme Forcadell, los líderes sociales Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, y cinco exconsejeros del Gobierno que encabezó Puigdemont.

La sentencia del Tribunal fue calificada como desproporcionada desde los sectores independentistas y se ha definido a los dirigentes como presos políticos. En conjunto, estos hechos dieron comienzo a las jornadas de protestas sucedidas hasta el día de hoy.

En el día de ayer, jueves 17, una manifestación de estudiantes cruzó el centro de Barcelona, con una columna de más de 25.000 jóvenes que marcharon pidiendo por la libertad de los dirigentes independentistas y por la renuncia del Gobierno catalán, alegando «una brutalidad generalizada hacia manifestantes y periodistas» por parte de las fuerzas de seguridad que reprimieron a los manifestantes. Por otro lado, también hizo su aparición una movilización de extrema derecha que recorrió también las calles de la capital catalana y que, armados con palos y bates de béisbol, trataron de interceptar a los independentistas. Esta intención fue impedida por los Mossos d’Escuadra, como se los denomina al cuerpo de policía catalán.