El Tribunal Supremo de Israel condenó este martes a Ehud Olmert a 18 meses de cárcel firme por corrupción, convirtiendo así a esta figura de la política local en el primer exjefe de gobierno israelí que irá a prisión.

En mayo de 2014, Olmert, de 70 años y primer ministro entre 2006 y 2009, había sido condenado a seis años de prisión en primera instancia por un delito de corrupción vinculado a un colosal proyecto inmobiliario en Jerusalén, ciudad de la que fue alcalde entre 1993 y 2003, y otro relacionado con sus cuentas de campaña.

El martes, el Tribunal Supremo decidió «absolver a Olmert de la acusación de haber recibido 500.000 séqueles (117.150 euros, 128.700 dólares) de sobornos» a cambio de aprovechar su cargo de alcalde para ayudar a los promotores del proyecto Holyland a superar obstáculos legales.

Muchos israelíes consideran el complejo Holyland, un conjunto de torres de viviendas que corona la Ciudad Santa, como la encarnación concreta de la corrupción de las élites locales.

Los cinco jueces de la corte condenaron, no obstante, a Olmert «de forma unánime por haber recibido un soborno de 60.000 séqueles (14.060 euros, 15.450 dólares)» para financiar una de sus campañas electorales.

La primera condena de seis años de cárcel quedó por lo tanto reducida a 18 meses, y el ex primer ministro deberá presentarse ante las autoridades el 15 de febrero para iniciar su periodo de detención.

Primer exjefe de gobierno encarcelado

A pesar de la condena que lo convertirá en el primer ex jefe de gobierno israelí encarcelado -el ex presidente Moshé Katzav cumple una pena de siete años por violación-, Olmert dijo estar «liberado de un peso enorme» a su salida del tribunal.

«El Supremo desestimó la mayor acusación contra mí», afirmó, visiblemente cansado. «Nunca me han ofrecido ningún soborno y jamás he aceptado ninguno», insistió.

La condena del exalcalde de Jerusalén Uri Lupolianski, que también estaba implicado en este caso, se redujo de seis años de prisión a seis meses de trabajos de interés general, por motivos de salud.

El líder de la oposición de centro izquierda, Isaac Herzog, aplaudió la decisión del Supremo que «demostró que nadie, ni siquiera un primer ministro, está por encima de la ley».

Involucrado desde hace años en varias investigaciones judiciales, Olmert, aficionado a los trajes caros, los puros, el fútbol, la buena mesa y los viajes al extranjero, parecía capaz de evitar cualquier condena, pero la justicia lo sancionó en mayo de 2014.

Caso Holyland

Olmert fue un aliado fiel de Ariel Sharon, al que sucedió como primer ministro en 2006 después de que sufriera un ataque cerebral.

Su imputación en el «caso Holyland» le impidió presentarse a las primarias del Kadima, el partido fundado por Sharon, y competir contra el líder del derechista Likud, Benjamin Netanyahu, que dirige Israel desde entonces.

Antes de ingresar en prisión, Olmert deberá presentarse el 19 de enero ante el Tribunal Supremo, tras recurrir una condena de ocho meses de cárcel por otro caso en el que se le consideró culpable de fraude y de haber recibido sobornos de un empresario estadounidense mientras era ministro de Comercio y de Industria.

Además de sus problemas judiciales, Olmert es conocido por ser el último primer ministro que llevó a cabo intensas pero infructuosas negociaciones para resolver el conflicto entre israelíes y palestinos.

Favorable a la creación de un Estado palestino, se mostraba dispuesto a una retirada israelí de la mayor parte de Cisjordania ocupada.