Italia estrenaba este lunes nuevas medidas para frenar el coronavirus, en medio de advertencias de dueños de bares y restaurantes de que el límite de horario decretado por el Gobierno del premier Giuseppe Conte podría hacer cerrar 20.000 empresas en todo el país .

«Las nuevas medidas dispuestas por el Gobierno, especialmente el cierre de bares, restaurantes y pastelerías a las 18 podría significar el cierre de 20.000 locales que se suman a los otros 90.000 que habrán bajado las persianas a fin de año», lamentó la presidenta nacional de la cámara gastronómica Confesercenti, Patrizia De Luise.

La advertencia de De Luise, reproducida por la cadena RAI, llega justo cuando hoy entran en vigencia las medidas decretadas a última hora del sábado por Conte, que además del cierre anticipado de los locales establece un máximo de cuatro personas por mesa, con excepción de cuando se trate de núcleos familiares más numerosos.

En ese marco, los chefs más reconocidos del país, como Massimo Bottura de la multipremiada Osteria Francescana de Módena y Max Mascia del San Domenico de Imola, plantearon en el sitio Cook su rechazo a la iniciativa.

Según los chefs, el turno de la cena «representa casi el 60% de la facturación»; por lo que el cierre a las 18 «es un golpe» al sector.

«Nos penalizan por la negligencia ajena, los restaurantes que han respetado las reglas deberían poder funcionar», planteó Mascia.

Cristina Bowerman, cocinera con una estrella Michelin de la Hostaria Glass de Roma, criticó «la incapacidad del Gobierno de prever una segunda ola» de contagios.

Desde el Gobierno, el propio Conte reconoció el golpe que pueden provocar las últimas restricciones y anunció un paquete de medidas y subsidios para sostener al sector, ya golpeado desde el inicio de la pandemia por las limitaciones y por la caída del turismo.

El ministro de Economía, Roberto Gualtieri, adelantó este domingo en declaraciones televisivas que antes del 11 de noviembre habrá compensaciones para unas 350.000 empresas de todo el país.

En Roma, a metros del Vaticano, los responsables de la Osteria Victoria lamentaron «que se haya decidido cerrar el turno de la cena y no el del almuerzo».

Esto «nos da un golpe muy duro a un año ya difícil por la desaparición casi total de los turistas extranjeros», dijeron.

En ese marco, el titular de la cámara hotelera Federalberghi, Giuseppe Roscioli, planteó a Télam que la actividad ya tuvo el mes pasado «una caída del 90% frente a septiembre de 2019», lo que pondrá en riesgo a cerca de 280 de los 700 hoteles que habían reabierto sus puertas en Roma tras la primera cuarentena.

Desde este lunes y hasta el 24 de noviembre, además de las nuevas disposiciones para bares y restaurantes, queda prohibida en Italia la apertura de gimnasios, piscinas y centros de esquí, dentro de un plan previsto por Conte para frenar el coronavirus y poder evitar una cuarentena generalizada como la que hubo entre marzo y mayo.

Hasta el momento, 37.338 personas murieron en Italia desde el inicio de la pandemia, incluidas 128 víctimas anunciadas ayer.

Las nuevas medidas, que incluyen una «fuerte recomendación» para que no haya desplazamientos internos, se dan en medio de una importante suba de los casos, que pasaron de un promedio de 2.500 al día en la primera semana de octubre a los 21.273 informados ayer, un récord desde el inicio de la pandemia, con los que supera los 500.000 contagios.