Israel atacó este miércoles la Franja de Gaza con nuevos bombardeos y milicianos palestinos lanzaron cientos de cohetes más desde la región en el marco de una escalada que ya dejó casi 60 muertos y que es la peor desde una gran ofensiva israelí en 2014.

El Ministerio de Salud de Gaza dijo este miércoles, en el tercer día de bombardeos israelíes, que la cifra de víctimas en el enclave subió a 53 muertos, incluyendo 14 niños y tres mujeres, y más de 320 heridos, entre ellos 86 chicos y 39 mujeres.

Seis israelíes, incluyendo tres mujeres y un niño, murieron por disparos de cohetes desde Gaza entre este martes y miércoles y a la madrugada, y decenas de personas más resultaron heridas en Israel, informaron autoridades.

El movimiento islamista Hamas, que gobierna en Gaza, y otros grupos armados palestinos ya lanzaron cientos de cohetes desde que comenzaron las hostilidades transfronterizas, el lunes pasado.

Los cohetes han alcanzado Tel Aviv, la ciudad más grande de Israel, y otras localidades, haciendo sonar las sirenas de alerta y por momentos superando la capacidad del sistema antimisiles de Israel de interceptarlos.

Los bombardeos israelíes provocaron el derrumbe de dos torres de departamentos en la Franja de Gaza, donde unos 2 millones de palestinos viven bajo bloqueo israelí y egipcio desde que Hamas tomó el control de la región con salida al mar Mediterráneo, en 2007.

Disparos de advertencia permitieron a los civiles evacuar ambos edificios, pero se estima que las pérdidas materiales fueron inmensas.

Israel enfrentó duras críticas por bombardear edificios en su ofensiva contra Hamas de 2014, que duró 50 días y dejó cientos de muertos.

Israel despertó el miércoles con daños considerables que no se veían desde esa ofensiva, con casas, coches e instalaciones petrolíferas destrozadas, informó la agencia de noticias AFP.

El ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, dijo este miércoles que el Ejército israelí seguirá adelante con los bombardeos en la Franja de Gaza mientras no cesen los disparos de cohetes.

«Solo cuando hayamos alcanzado este objetivo podremos hablar de tregua», dijo Gantz en una visita a la ciudad israelí de Ascalón, cerca de la Franja, según un comunicado difundido por el Ministerio.

El Ejército israelí dijo este miércoles que más de 1.050 cohetes fueron lanzados desde Gaza desde el lunes.

Ante la violencia, el Consejo de Seguridad de la ONU celebrará hoy otra reunión de emergencia a puerta cerrada, la segunda en tres días, según fuentes diplomáticas.

Una primera reunión concluyó el lunes sin declaración común debido a las reticencias de Estados Unidos a adoptar un texto «en este momento».

Fuentes diplomáticas afirmaron a la AFP que la ONU, con la ayuda de Qatar y Egipto, inició una mediación con las partes «afectadas» para lograr una distensión.

Israel y Hamas se encaminan hacia una «guerra a gran escala», advirtió ayer el enviado de la ONU para Medio Oriente, Tor Wennesland.

«Una guerra en Gaza sería devastadora y la gente pagaría el precio» en este pequeño enclave palestino, que ya sufre de la pobreza y de una tasa de desempleo que ronda el 50%, dijo el diplomático.

Anoche, la aviación israelí voló un edificio de 12 plantas en el que tenían sus oficinas altos cargos de Hamas y luego otro edificio de nueve plantas, en el que había un canal de televisión local, viviendas y tiendas.

El Ejército dijo que el objetivo era el jefe de inteligencia militar de Hamas y el director de contrainteligencia del movimiento islamista. Hamas dijo luego en un comunicado que ambos murieron en el ataque.

Hoy, la aviación israelí bombardeó decenas de objetivos de Hamas en Gaza, incluyendo la comisaría central de Ciudad de Gaza, que quedó destruida.

Tras los ataques nocturnos, Hamas lanzó una nueva andanada de cohetes, de nuevo contra la ciudad Tel Aviv, pero también «a muchos más objetivos».

«Si (Israel) quiere una escalada, estamos preparados», dijo el líder de Hamas, Ismail Haniyeh.

Haniyeh pidió a las fuerzas de Israel que se retiren de la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén este, escenario en los últimos días de enfrentamientos entre la policía israelí y palestinos que dejaron más de 700 heridos.