Los granjeros estadounidenses se han visto forzados a aplicar la eutanasia a su ganado porcino en proporciones nunca vistas, en la medida en que más del 25% de las procesadoras de carne de puerco se han cerrado en Estados Unidos y los trabajadores de esas plantas han sido despedidos.

Si no se revierte este proceso, pronto se dejará sentir una escasez de carne en todo el país, al parejo de la ola de quiebras de las granjas. Mientras tanto, millones de personas padecen hambruna en África, y la Organización para la Alimentación y la Agricultura de la ONU (FAO, por sus siglas en inglés) advierte que hay un aumento de cinco veces la hambruna en África occidental y en la región del desierto del Sahel; eso sin contar a los 40 millones de estadounidenses pobres que acuden a los bancos de alimentos en el país.

El precio del petróleo crudo West Texas Intermedio (que es el marcador del precio en Estados Unidos) cayó por debajo de los $13 dólares el barril el lunes 27, una caída del 72% en lo que va del año; las ventas globales de petróleo son tan bajas que hay cientos de buques cisterna en el mar cargados de petróleo sin destino. En Estados Unidos, las zonas de almacenamiento de petróleo están tan ocupadas que a este ritmo alcanzarán su capacidad máxima en un poco más de un mes. ¿Empezarán a quemar o a tirar el petróleo, como están haciendo los granjeros con los cerdos y la leche?

No obstante, el mundo necesita desesperadamente más energía para satisfacer todas las necesidades físicas de la mayoría de la población del planeta.

El líder de la mayoría republicana en el Senado de Estados Unidos, Mitch McConnell, declaró que prefería que los estados de Estados Unidos cayeran en la bancarrota y el incumplimiento en el pago de sus fondos de pensión a sus jubilados, que permitir que el gobierno federal salga en su ayuda en medio de la crisis por la pandemia. Pero ni él ni nadie de los republicanos ni demócratas en el Congreso ha tenido ningún empacho para darle $4 billones de dólares de la Reserva Federal a los banqueros tahúres de Wall Street.

En pocas palabras, la economía física del mundo se está destruyendo en un esfuerzo vano por salvar a la cancerosa burbuja especulativa. Se sacrifican las vidas de las personas en el planeta en el altar de un sistema muerto y de su ideología maltusiana.

¿Cómo llegamos a esto? ¿Cómo dejamos que llegará a esto?

Helga Zepp-LaRouche abordó esta cuestión en una conferencia telefónica con sus colegas europeos, para poner de relieve la importancia de las soluciones a esta crisis que planteó la conferencia internacional del Instituto Schiller del 25 y 26 de abril.

“Absolutamente tenemos que cambiar este paradigma”, dijo Zepp-LaRouche, “y tiene que haber una combinación de las Cuatro Potencias para lograrlo”, en referencia a los jefes de Estado de China, Rusia, India y Estados Uidos. “La crisis está empeorando. La pandemia de ninguna manera está bajo control”, y se nos viene encima la desintegración financiera global.

“Como lo discutimos en la conferencia”, señaló Zepp-LaRouche, “el meollo del problema es el imperio británico. Es el responsable de los efectos de largo alcance de esta política. Como lo advirtió Lyndon LaRouche durante medio siglo, son las política liberal británica que ha reducido los niveles de vida en los países en desarrollo, lo que creó las condiciones para esta pandemia y más pandemias por venir en el futuro, a menos que encontremos un enfoque completamente diferente y lo evitemos mediante el aumento de los niveles de vida en todo el planeta y con avances científicos fundamentales”.

“El imperio británico es quien está también detrás del empuje hacia la guerra”, destacó Zepp-LaRouche, en particular con los esfuerzos para poner a Estados Unidos contra China. “Dentro de Estados Unidos hay una batalla que es de importancia para el mundo entero”, en torno a “si habrá una república en Estados Unidos” —como la que concibieron los Padres Fundadores contra el sistema británico— “hacia la cual Trump tiene una inclinación; o si Estados Unidos va en la dirección del partido belicista, como quieren Pompeo, Esper, Navarro y otros; entonces estaremos a unos pasos de la Tercera Guerra Mundial”.