El gobierno brasileño aprobó hoy el envío de militares al estado Espirito Santo, vecino de Rio de Janeiro, debido a una huelga policial que dejó las calles sin efectivos de seguridad desde el sábado, lo que ya produjo 52 muertes violentas en Vitória, la capital estadual, un “récord histórico” para febrero.

El Ministerio de Defensa anunció en un comunicado el despliegue de los militares, principalmente en la capital de Espírito Santo, debido «a la grave situación de seguridad pública por la paralización de (actividades de) policías militares».

También el titular de Justicia, Alexandre de Moares, autorizó el envío de 200 hombres de la Fuerza Nacional, una tropa mixta militar, tras el pedido de ayuda hecho por el gobierno regional.

«El gobierno (de Espírito Santo) viene tratando la seguridad con desdén, está precarizando los servicios, no invierte en seguridad y no da valor al personal», dijo el presidente del Sindicato de Policías Civiles estatal, Jorge Emiliano Legal, citado por la agencia EFE.

En los últimos tres días hubo un aumento de los crímenes, principalmente de «homicidios, robos, y hurtos», que derivó hasta esta tarde en 52 muertes, «récord» histórico para Vitória en febrero, añadió Legal.

Según el dirigente sindical, la ciudad vive un «verdadero caos» en materia de seguridad y los habitantes están «nerviosos» ante los asaltos que se han producido desde que los agentes decidieron ir a la huelga.

«Estamos haciendo todo lo posible para retomar la normalidad en Espírito Santo; entre las medidas estamos solicitando el apoyo del Gobierno Federal», declaró en un mensaje de video el secretario de Seguridad Pública, André García.

Desde el sábado último, familiares de policías militares que protestan por mejores salarios, mejoramiento de la flota, renovación de equipamientos y condiciones de salud, han impedido la salida de los agentes de sus cuarteles.

La situación despertó un temor generalizado de la población en Vitoria y en ciudades vecinas, donde las secretarías municipales de Educación y algunas universidades suspendieron el inicio de las clases escolares que comenzaban hoy.

Decenas de locales comerciales, supermercados y agencias bancarias mantuvieron sus puertas cerradas y no abrieron hoy y los partidos de este fin de semana por el Campeonato Capixaba, que se disputa en ese estado, fueron suspendidos por la falta de seguridad en los estadios.

Familiares de los policías militares encabezan la protesta dado que los agentes tienen estatus de soldados y el Código Penal Militar brasileño castiga con una condena de hasta dos años de prisión su participación en huelgas o manifestaciones.

El gobierno estadual exige el retorno de los policías a las calles para retomar las negociaciones con el sindicato.

La situación de la seguridad pública en Espírito Santo se suma a la crisis penitenciaria en el norte y noreste del país, que en lo que va del año ha derivado en más de 130 muertes en rebeliones de cárceles, particularmente de los estados de Amazonas, Roraima y Río Grande do Norte.