El Ministerio de Agricultura brasileño dispuso la implementación de ese cupo por un período «indefinido», aunque todavía no se informó oficialmente cómo se hará, en un hecho que algunos interpretan como un nuevo capítulo de la tirantez en la relación entre el presidente brasileño y Fernández.

«Las importaciones de todos los países se beneficiarán, excepto las de los países con los que Brasil tiene un acuerdo comercial que establece el libre comercio del producto», señaló ese Ministerio.

La medida fue recibida con preocupación por los exportadores de granos argentinos, quienes reclamaron al Gobierno que «actúe» para enfrentar la decisión del gigante continental.

El presidente de la Cámara de la Industria Aceitera, Gustavo Idígoras, dijo en declaraciones a la prensa que «si bien cada país del Mercosur tiene legalmente autorizado poner hasta 200 posiciones por semestre, debe demostrar incapacidad regional de suministro. En este caso eso no existe».

«Brasil necesita 5,5 millones de toneladas y la Argentina tiene sobre stock para venderle. De hecho, tuvimos un año de abastecimiento muy bueno. Por eso enviamos solicitudes a Cancillería y al Ministerio de Agricultura para que actúen sobre esta decisión», añadió el dirigente.

También, resaltó: «Pedimos que evalúen la legalidad de la decisión de Brasil porque no vemos que haya justificación y, además, pedimos que la cuota sea abierta para todos los países del mundo, incluyendo la Argentina».

«Es decir, Brasil si abre la cuota es para todos porque es una cuota OMC (de la Organización Mundial del Comercio)», enfatizó.

Según datos extraoficiales, la Argentina colocó en Brasil 5,1 millones de toneladas de trigo, y cubrió así el 83% de las necesidades de importación del vecino país. Cualquier trigo extra Mercosur que quiera entrar lo debe hacer con un arancel del 10%.